La mentira es un recurso cada vez más usado en política, lamentablemente.
Pareciera que se impone el criterio que “el fin justifica los medios”.
Los discursos en la reciente convención republicana estuvieron plagados de bulos, pero los aplausos a rabiar de los asistentes, parecen decir o que las mentiras allí dichas gustaron, o coinciden con las creencias de los convencionales republicanos.
En fin…
La mentira es un recurso cada vez más usado en política, lamentablemente.
Pareciera que se impone el criterio que “el fin justifica los medios”.
Los discursos en la reciente convención republicana estuvieron plagados de bulos, pero los aplausos a rabiar de los asistentes, parecen decir o que las mentiras allí dichas gustaron, o coinciden con las creencias de los convencionales republicanos.
En fin…
Gobernar, es gobernar, pero para tener éxito en la gestión de gobierno, la comunicación es medular.
Sin embargo, sorprende ver como muchos candidatos que hicieron esfuerzos importantes para conectar con los electores, una vez electos se olvidan de lo estratégico que es mantener una comunicación constante con el ciudadano.
En campaña, se busca llegar al corazón del elector. En gobierno se busca llegar al corazón del ciudadano. La línea es muy delgada, pero profunda, y entender la diferencia es fundamental para el éxito en la gestión de gobierno.
No es informar, es comunicar.
Gobernar, es gobernar, pero para tener éxito en la gestión de gobierno, la comunicación es medular.
Sin embargo, sorprende ver como muchos candidatos que hicieron esfuerzos importantes para conectar con los electores, una vez electos se olvidan de lo estratégico que es mantener una comunicación constante con el ciudadano.
En campaña, se busca llegar al corazón del elector. En gobierno se busca llegar al corazón del ciudadano. La línea es muy delgada, pero profunda, y entender la diferencia es fundamental para el éxito en la gestión de gobierno.
No es informar, es comunicar.
Muchas campañas, caen en el error de enfocarse de manera desproporcionada sobre el candidato. Resulta que las campañas electorales no se tratan de los candidatos, se trata de los electores de los que ellos piensan, sienten, anhelan, de los que les angustia y les quita el sueño.
Muchas campañas, caen en el error de enfocarse de manera desproporcionada sobre el candidato. Resulta que las campañas electorales no se tratan de los candidatos, se trata de los electores de los que ellos piensan, sienten, anhelan, de los que les angustia y les quita el sueño.
Rara vez los debates políticos logran inclinar la balanza en las preferencias electorales, fundamentalmente porque el formato utilizado en la mayoría de nuestros países, resulta aburrido, acartonado.
Además, los candidatos no contribuyen con sus intervenciones a que los debates puedan ser de utilidad para los electores.
Así que la pregunta que quizás debamos hacernos es ¿Sirven los debates?
Rara vez los debates políticos logran inclinar la balanza en las preferencias electorales, fundamentalmente porque el formato utilizado en la mayoría de nuestros países, resulta aburrido, acartonado.
Además, los candidatos no contribuyen con sus intervenciones a que los debates puedan ser de utilidad para los electores.
Así que la pregunta que quizás debamos hacernos es ¿Sirven los debates?
Los liderazgos no son transferibles, incluso aquellos que están construido sobre características como magnetismo personal, fuerte personalidad, impositivos, egocéntricos, victimización constante, retorica sobre conspiración y enemigos.
Los seres humanos al igual que los animales, somo una gran manada.
El comportamiento de ciertos grupos sociales en los últimos años, es una demostración clara de ello.
Las campañas electorales siempre están sometidas a enormes tensiones que pueden provocar que se comentan errores que del al traste con la victoria electoral.
La pérdida de tiempo y oportunidades, la indisciplina en la aplicación de la estrategia, las tácticas y el mensaje, así como el no diferenciarse y no escuchar a los ciudadanos, son solo algunos de esos errores a evitar.
Las campañas electorales siempre están sometidas a enormes tensiones que pueden provocar que se comentan errores que del al traste con la victoria electoral.
La pérdida de tiempo y oportunidades, la indisciplina en la aplicación de la estrategia, las tácticas y el mensaje, así como el no diferenciarse y no escuchar a los ciudadanos, son solo algunos de esos errores a evitar.
Sorprende ver como como hoy día tanto los nuevos candidatos, que se jactan de no haber estado en política, como lo viejos lobos de mar comenten los mismo erres en campaña.
Acaso los candidatos se habrán preguntado: ¿Esta bien pedirle el voto a alguien que no me conoce? La primera condición para que un elector vote por un candidato es que lo conozcan. Nadie vota por quien no conozca. La segunda condición es que a ese elector le agrade ese candidato. Nadie vota por quien le desagrada.
Sorprende ver como como hoy día tanto los nuevos candidatos, que se jactan de no haber estado en política, como lo viejos lobos de mar comenten los mismo erres en campaña.
Acaso los candidatos se habrán preguntado: ¿Esta bien pedirle el voto a alguien que no me conoce? La primera condición para que un elector vote por un candidato es que lo conozcan. Nadie vota por quien no conozca. La segunda condición es que a ese elector le agrade ese candidato. Nadie vota por quien le desagrada.
Sin dudas que en los últimos tiempos la polarización de la comunicación política moderna pareciera ser una tendencia en aumento. La comunicación política ya no se caracteriza por el consenso, el diálogo y la deliberación, sino por el conflicto, la confrontación y la descalificación.
Sin dudas que en los últimos tiempos la polarización de la comunicación política moderna pareciera ser una tendencia en aumento. La comunicación política ya no se caracteriza por el consenso, el diálogo y la deliberación, sino por el conflicto, la confrontación y la descalificación.
