La mentira, ante todo.
Por: @OrlandoGoncal
Los Estados Unidos se acercan a la una elección que sin dudas tendrán un gran impacto no solo internamente sino en el planeta, dada su influencia en el mundo.
El partido republicano ha elegido a su candidato, Donald Trump; no hubo mayores sorpresas en ese sentido. El expresidente por otra parte, eligió en esta ocasión como compañero de fórmula a un senador joven, que pasó de ser un detractor del expresidente, a ser, quizás, unos de sus mayores fanáticos.
Lo sorprendente en esta convención, fueron dos cosas. Primero, los discursos de varios oradores, incluidos los candidatos presidencial y vicepresidencial, que estuvieron plagados de mentiras, sin prever que, en estos tiempos, son fáciles de detectar, y, así lo han hecho varios medios de comunicación y paginas especializadas en la detección de mentiras. Pero, quizás, lo más sorprendente fueron los aplausos a rabiar de los asistentes; lo cual indica que, las mentiras gustan, pues coinciden con las creencias y la manera de pensar de los republicanos asistentes a la convención.
El senador Vance; quien, antes de convertirse en uno de los aliados y defensores más feroces, criticó duramente al expresidente. Durante las elecciones presidenciales de 2016 Vance escribió “entre pensar que Trump es un imbécil cínico como Nixon que no sería tan malo (y hasta podría resultar útil) o que es el Hitler de Estados Unidos”.
No conforme con lo anterior, Vance dijo a ABC News que, aunque Trump “diagnostica con éxito los problemas” a los que se enfrenta la gente, pero no veía que Trump “ofreciera muchas soluciones”, y fue más allá, cuando en una entrevista de octubre de 2016 con el periodista Charlie Rose, Vance dijo que era un “tipo que nunca apoyaría a Trump”.
Pero como más puede el interés que el amor, el senador Vance empezó a cambiar de rumbo públicamente cuando lanzó su campaña al Senado en 2021. En ese entonces eliminó varios tuits de 2016 en los que llamaba a Trump “idiota”. Ese cambio lo llevó a afirmar falsamente en 2022 que la “frontera abierta” de Biden significaba que “más votantes demócratas estaban llegando a este país”.
Esta misma mentira fue pronunciada por el candidato Trump en su discurso de nominación, de más de hora y media, en la que reiteró varias falsedades que usa comúnmente.
Por ejemplo, afirmó que el gobierno había contratado recientemente a 88.000 agentes del IRS (agencia de impuestos) para auditar a particulares, lo cual ha sido desmentido por la propia IRS. Repitió su falsa afirmación de que el presidente Joe Biden quiere cuadruplicar los impuestos de los estadounidenses, afirmación desmentida por varios economistas independientes.
También mencionó que “buques de guerra y submarinos nucleares rusos están operando a 60 millas de nuestras costas en Cuba… y que la prensa se niega a escribir sobre ello”, pero, resulta que solo estuvieron en Cuba los días del 12 al 17 de junio de 2024. Y, por supuesto, no podía faltar el bulo ya clásico del expresidente, de que los inmigrantes “vienen de prisiones, vienen de cárceles, vienen de instituciones mentales y manicomios. … Los terroristas están llegando en cantidades que nunca antes habíamos visto”, ambas afirmaciones no han sido probadas por ninguna autoridad competente.
Las anteriores, fueron solo alguna de las mentiras pronunciadas por el expresidente Trump. Si consultamos la descripción que sobre -la mentira- que hace RAE, nos dice que es una “expresión o manifestación contraria a lo que se sabe, se piensa o se siente” Lo preocupante es que, quienes las usan con frecuencia, buscan fingir, engañar, aparentar y, sobre todo, persuadir sobre lo que consideran su verdad.
Esta es la parte grave. Trump y su compañero de fórmula están perfectamente bien alineados, en el uso de ese recurso perverso, para persuadir a una porción importante del electorado norteamericano, con el fin de lograr su objetivo, llegar a la Casa Blanca.
Ahora, el discurso del candidato Trump, estuvo aderezado con fuertes escenas simbólicas, como tener en el escenario el uniforme del bombero lamentablemente fallecido durante el ataque que sufrió Trump en Pensilvania, y como si fuera poco, besó el casco del mismo. Adicionalmente, al expresar que “Tenía a Dios conmigo, así lo sentí”, refiriéndose al intento de magnicidio, incluye el tema religioso, dándole así un carácter místico y emocional a su discurso.
Las mentiras cada día están más presentes en la política como herramienta de persuasión a los electores, y esto definitivamente, va minando las democracias.
La mentira, ante todo, es una clara demostración de que, para este dúo, el fin justifica los medios.
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