¿A dónde miran los jóvenes?

¿A dónde miran los jóvenes?

¿A dónde miran los jóvenes?

Por: @OrlandoGoncal

Hace un par de semanas escribimos un artículo que titulamos “La esperanza retrocede, la ultraderecha avanza” haciendo referencia al avance significativo que obtuvieron los partidos ultraconservadores en las recientes elecciones europeas.

Ahora, en un artículo publicado por la organización internacional sin ánimo de lucro, de unión de editores, prensa y asociación de periódicos, (el Project Syndicate) señala que, “…el 16% de los votantes alemanes de menos de 25 años votó por el partido de extrema derecha Alternativa para Alemania. En Francia, el 30% del voto joven fue a manos de Agrupación Nacional, el partido de extrema derecha que lidera Marine Le Pen. El 21% de los votantes italianos entre 18 y 34 años ayudó a -Hermanos de Italia- de la primera ministra Giorgia Meloni a obtener un fuerte mandato para llevar adelante su agenda. En España, el partido ultraconservador Vox incrementó su porcentaje de voto entre los votantes más jóvenes (menos de 25 años) al 12,4 %.

Entonces, surge la pregunta: ¿por qué los jóvenes (generalmente idealistas, soñadores) están votando a la ultraderecha?

Consideramos que las causas pueden ser múltiples; quizás entre las más evidentes tenemos:

Primera, la falta de conocimiento histórico; el desconocimiento de la historia vivida durante el siglo pasado. A ello hay añadirle la extraña muerte de los partidos de centro-izquierda en muchas partes de Europa, esos partidos que centraban su ideal en las utopías, es decir “La representación imaginativa de una sociedad futura de características favorecedoras del bien humano”[i] le ha permitido a la ultraderecha presentarse y parecer respetable, y armada con soluciones económicas a los problemas de los jóvenes.

En segundo término, tras la pandemia, la guerra a gran escala en Ucrania y el regreso de una inflación galopante, lo económico se volvió prioridad, y el ecologismo, la solidaridad, causas importantes hasta hace apenas unos años para los jóvenes, ha dejado de serlo.

 

Por otra parte, la Gen-Z, nacidos entre 1995 y 2012, fue bautizada por sucesivas (y pareciera que inagotables crisis): primero fue la financiera de 2008, luego la crisis económica de la eurozona, después la provocada por la pandemia y ahora la de la guerra en Europa, con lo cual, lo jóvenes cada vez más creen que tendrán una vida más dura que la de sus padres, con lo cual, quien les hable de manera clara, sencilla y les diga que van a mejorar su situación, les darán viviendas accesibles, que les complementaran su salario mientras estudian, que expulsarán a los inmigrantes (que por su causa, supuestamente, están recibiendo menos beneficios), pues eso suena a lindas melodías para esta generación.

Otro elemento lo señala Roberto Foa, codirector del Centro para el Futuro de la Democracia de la Universidad de Cambridge, uno de los principales investigadores de la insatisfacción de los jóvenes con la democracia, ve “dos grandes divisiones” en las sociedades occidentales: “La brecha de riqueza entre las regiones económicamente prósperas y las rezagadas, y la brecha intergeneracional en las oportunidades vitales”.

Yendo un poco más allá, es claro que muchos gobiernos no están logrando proporcionar seguridad social, buenos empleos y un lugar donde vivir que no cueste más del 50% de sus ingresos cada mes, lo cual son necesidades básicas, es decir, estamos hablando de la pirámide de Maslow, y si los gobiernos no satisfacen esas necesidades básicas, entonces crecerá la ultraderecha.

Los jóvenes que votan por primera vez, son literalmente una hoja en blanco, sin pasado, solo con un presente que los agobia, nuevamente, necesidades básicas, pirámide de Maslow, sin oportunidades para progresar, entonces se plantean una pregunta muy simple: ¿Quién puede ofrecerme algo que se adapte mejor a mis necesidades?

Muchos políticos siguen promoviendo la importancia de defender los valores europeos: la integración, la democracia y el Estado de derecho; lo cual es correcto, pero de nueva vuelta, ¿para los jóvenes sin oportunidades, en qué o para qué le sirven esos valores?

Ante este cuadro complejo que viven las nuevas generaciones su apatía por la política, se está convirtiendo en antipatía, con lo cual, crece en ellos el deseo de golpear al sistema, y por ello le votan a quienes atacan y critican el sistema, a los euroescépticos, antinmigrantes y anti establishment.

Ahora, lo que pareciera que el liderazgo político (no solo en Europa) no logra entender es que, ese atractivo de la ultraderecha también podría mitigarse si sus políticos empiezan a gobernar en serio, a dar respuestas a las demandas ciudadanas, pues cuando la ultraderecha está fuera del gobierno es incapaz de incumplir sus promesas, pero desde la oposición, puede señalar persistentemente la incapacidad de los partidos mayoritarios para cumplirlas, y, una vez en el gobierno, resultan igual de decepcionante. Los casos abundan.

[i] Real Academia Española

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