Errores costosos en las campañas.
Por: @OrlandoGoncal
En el apasionante mundo de las campañas electorales, los errores pueden ser costosos y peligrosos.
Lo más preocupante es que debido al corto tiempo de la campaña formal, cualquier error u omisión puede costar caro, tan caro como perder la elección.
Así que, aquí algunos de los más comunes que los candidatos y sus equipos deben evitar a toda costa:
El tiempo es el único recurso de cualquier campaña electoral que no es renovable. Cuando no se ejecutan acciones previamente planificadas hay un desperdicio de recursos humanos, logísticos y económicos; con el agravante de que difícilmente se podrán realizar, o que, si es que se pudieran realizar, quizás el timing ya no sería el adecuado, con lo cual el efecto de esa determinada acción podría ser menor de los esperado o nulo.
El adagio popular de “la ocasión la pintan calva” viene desde la mitología grecorromana, que representaba a la diosa Ocasión sin pelo, salvo en una pequeña área de la frente; esta representación simbolizaba la dificultad de evitar perder una oportunidad cuando se presenta, y, en las campañas electorales las coyunturas pueden ser escasas, razón por la cual, ante cada oportunidad la campaña debe aprovecharla y explotarla al máximo para obtener el mayor beneficio posible.
Dejar pasar una oportunidad en campaña, puede ser un error que quizás se pueda contabilizar pasada la elección, y allí ya será muy tarde para actuar, sobre todo si esta se perdió; así que, como ya se dijo, si las oportunidades son limitadas, por ejemplo cuando un adversario comete un error, cuando un tema sobre el que el candidato ha venido tratando de colocar su narrativa en la discusión pública y se presenta una circunstancia que potenciaría su narrativa, la pregunta es ¿por qué desperdiciarla?
Las oportunidades, al igual que el tiempo, son dos activos de las campañas que sencillamente, no se pueden permitir el lujo de desperdiciar. Hacerlo, generalmente, tiene el costo más caro de cualquier campaña, perder la elección.
Otro elemento clave en una campaña es la disciplina. Pudiera pensarse que es algo exagerado, pero la indisciplina en el cumplimiento de la estrategia, de la narrativa y del mensaje, puede tener consecuencias dañinas para la campaña, pues además de trasmitir al elector la percepción de esa falta de rigor y método, le resta credibilidad a la campaña y al candidato (a).
En este mismo orden de ideas, el no tener consistencia en el mensaje, es decir, ir variándolo u omitiendo partes del mismo, no solo le resta fuerza e impacto al mismo, lo cual ya es un problema serio, sino que lo más peligroso es que el elector no logre internalizarlo y menos aun lo entienda. Si esto último sucede con el mensaje, el elector sencillamente no le votará a ese candidato (a).
Siguiendo el hilo, para que el elector logre asimilar el mensaje, el mismo hay que repetirlo, repetirlo y seguirlo repitiendo incesantemente, pues el mensaje político de un candidato (a) se enfrenta a la competencia de los otros mensajes políticos, y mas serio aun, debe rivalizar con los mensajes, información y publicidad comercial, la cual generalmente es más creativa, tiene mayor cantidad de recursos para invertir en su mensaje y además es aspiracional. Entonces, caer en la falta de disciplina de repetir insistentemente, no trae buenos resultados a las campañas.
Aquí entra a jugar otro elemento, y es las características que debe tener un mensaje, y que muchas campañas, sencillamente obvian. Un mensaje poderoso, que conecte emocionalmente debe ser simple, sencillo, corto, creíble, emotivo, repetitivo, debe generar conversación y lo más importante, el sujeto del mensaje debe ser el ciudadano, y el candidato (a) es el complemento del mismo.
Para llevar la secuencia, otro tema vital es generar la diferenciación. Muchas campañas, tienden a hacer y decir lo mismo, a actuar igual que los demás candidatos, con lo cual el elector no logra establecer una diferenciación entre los candidatos. Así que, marcar la diferencia desde el inicio de campaña, comenzando por la estrategia, las tácticas, el mensaje, el actuar del candidato (a) y su equipo, se vuelve fundamental.
Otro elemento clave de toda campaña es el escuchar a los ciudadanos. Muchas campañas se vuelven ensimismadas y por lo tanto se desconectan de los electores, de lo que ellos piensan, sienten, anhelan, les preocupa y les quita el sueño. Este error, más común de lo que se cree, casi siempre da al traste con una victoria electoral.
En conclusión, los errores que se pudieran cometer en una campaña son muchos, acá solo se han enumerado algunos, pero lo importante es que la campaña que menos errores cometa, seguramente tendrá una mayor oportunidad de ganar.
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