Claves de la comunicación política moderna.  Parte IX.

Claves de la comunicación política moderna. Parte IX.

Claves de la comunicación política moderna. Parte IX.

Por: @OrlandoGoncal

El rumor es un mensaje breve, espontáneo y generalmente de tipo oral que logra extenderse con rapidez, para los cuales las redes sociales contribuyen de manera significativa, causando un impacto casi siempre negativo en el entorno.

En la última entrega de esta serie sobre las claves de la comunicación política moderna, se abordó el tema de las crisis.

Ahora nos adentramos en otro tema que en muchas ocasiones generan las crisis, el rumor.

Un factor de atracción poderoso del rumor consiste en la vinculación emocional que crea y su gran capacidad de propagación. Es un mensaje simple y breve, cuyo contenido pone en peligro los intereses de una campaña o un gobierno.

Así que, si se está frente a una crisis, la inacción es el campo fértil para que el rumor surja y cobre fuerza, lo cual hará que sea, por una parte, más difícil desmontarlo, y por otra, aumenta el costo (político, reputacional y económico) de resolución de la crisis.

Entiéndase que la función principal del rumor es provocar desinformación y desorientación, para afectar a los intereses de los destinatarios del rumor, y para fortalecer a quien lo origina.

Es una propaganda que busca despertar al fantasma de la conspiración, con base a la exacerbación de prejuicios sociales y mentales, bien sea por descargas emocionales, por ansiedad, miedo, estímulos ocultos, etcétera.

El investigador Ralf Sommerfeld asevera que el rumor influye más que los hechos reales en la formación de la reputación de una persona o institución.

Como la mayoría de la gente no tiene conciencia de lo qué es un rumor, en consecuencia, les es difícil aceptar que también son emisores, y ya que el rumor no necesita pruebas, nadie lo cuestiona a la hora de transmitirlo. Allí radica la gravedad del rumor.

La percepción que lo envuelve de veracidad; la sujeción que lo generaliza y la narración que lo perpetúa y lo difunde, son consideraciones a tomar en cuenta a la hora de afrontar un rumor, al igual que identificar su origen y desenmascararlo.

Adicionalmente, la forma más efectiva de desbaratar un rumor es crear un contra rumor, lo que implica difundir verdades que contrasten el efecto provocado por el rumor, para lo cual hay que utilizar datos reales.

El contra rumor debe ser claro, sencillo y directo. Aumentando así efectividad para desmontar el rumor.

La función del contra rumor, es cuestionar con firmeza el rumor para provocar que la fuente se haga notar, con lo cual se volverá más simple diagnosticar, aclarar y resolver el rumor, e inclusive se puede llegar a controlar su sistema de propagación.

Hay que identificar a los grupos implicados, tanto los emisores como los receptores, cuáles son sus interrelaciones, la posible confluencia de sus intereses, para así establecer un plan estratégico en su contra.

Ese plan estratégico debe prever la creación y activación de brigada anti rumores para la desactivación de un rumor. Estos grupos utilizan el propio mecanismo del rumor para difundir los contra rumores con información verídica y contrastable. Como en cualquier campaña, el mensaje debe ser breve, sencillo, emotivo y que conecte.

Cómo ya se dijo el rumor tiende a verse como negativo, pero en ocasiones puede ser usado en positivo, para crear bien sea consciencia social, para informar a la población, o para dar a conocer información sensible de algún adversario.

La línea es extremadamente delgada, pero es perfectamente válida si el contenido del rumor es verídico y no busca generar daño o división entre la sociedad.

Se puede pensar que exponer información sensible de un adversario es provocarle algún perjuicio, pero lo que realmente se busca en este caso, es los ciudadanos tengan a la mejor información posible para que puedan tomar la mejor decisión bien sea a la hora de elegir a un candidato, o de apoyar a un gobernante.

El rumor se ha usado por milenios. Es quizás de las estrategias políticas más antiguas, y sin dudas se seguirá usando, razón por la cual cualquier campaña o gestión de gobierno debe estar preparada para afrontarlos o para usarlos, siempre en su justa dimensión.

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