Todo cambia, pero algunos no se enteran.

Todo cambia, pero algunos no se enteran.

Todo cambia, pero algunos no se enteran.

Por: @OrlandoGoncal

Es una realidad que las sociedades han evolucionado a pasos agigantados; también los desequilibrios, conflictos y las desigualdades avanzan de manera exponencial, haciéndose evidente que estamos viviendo un cambio de era donde el ser humano tendrá que adaptarse a las transformaciones cada vez más aceleradas, en todos los ámbitos.

Los cambios en lo tecnológico, la medicina, las comunicaciones, negocios, estilos de vida, en general en la cotidianidad del ser humano, eventos que, además, tendrán la presión de la crisis climática, las restricciones en el consumo o acceso al agua, y a la energía eléctrica, conllevarán a la necesidad de nuevas reglas de convivencia, para que la sociedad establezca nuevas prioridades, y posiblemente, se redefinan los valores que hasta ahora han sido rectores de la convivencia social.

Cuando se afronta una campaña política, todas estas realidades sumadas a otras variables que están presentes, hacen necesario un diseño y desarrollo de una estrategia política sustentada en investigación de calidad, con herramientas capaces de detectar ese mar de fondo y las realidades subyacentes.

Luego debe proseguir la interpretación de los datos que la investigación arroja. Proceso que requerirá no solo del conocimiento teórico-práctico, sino también de la capacidad de interpretar, en conjunto la evolución del acontecer y la actualización de las nuevas herramientas y técnicas de investigación, así como colocar toda esa información bajo el tamiz  de los distintos profesionales de las diversas disciplinas, para que con el conocimiento y la experiencia lograr extraer lo más fino, delicado y limpio de toda la data.

Existen múltiples señales de que las sociedades están cambiando, sin embargo, muchos líderes políticos se niegan a ver esa evolución y siguen anclados en las improntas aprendidas en el pasado, y sumadas a las naturales resistencias al cambio que todo ser humano tiene; es por ello que muchos proyectos políticos fracasan, con el agravante de que en ocasiones no se aprende la lección.

El último estudio de Latinobarómetro de 2023[i],  arroja luces sobre los cambios, producto del malestar de los ciudadanos con sus gobiernos, y con las democracias que se están viviendo, y que, debería ser un llamado de atención para el liderazgo político. Señala dicho estudio que en Latinoamérica el 69% de los ciudadanos están insatisfechos con la democracia, es decir 7 de cada 10 personas de la región no ven en la democracia un sistema político que además de protegerlos, les proporcione estabilidad, seguridad y, sobre todo, que le brinde oportunidades para desarrollarse con su propio esfuerzo, y así acceder a una mejor calidad de vida para él y sus familias.

Esa insatisfacción origina otro problema mayor, y es que, comienzan entonces a preocuparse cade vez menos por la política, a involucrase menos en la discusión de lo público; y por supuesto, aumentando la abstención en los procesos electorales.

Solo esta variable genera una alarma que exige estudiar a fondo el fenómeno y, buscar alternativas para rescatar la esperanza de la población en la democracia y sus instituciones.

Es preocupante esa desesperanza y desencanto de los ciudadanos con la democracia, tanto que, el 54% estarían dispuestos a aceptar un régimen no democrático siempre y cuando ese régimen resuelva sus problemas. Estamos entonces ante el hecho de que, en términos generales, la mitad de la población de la región estaría dispuesta a sacrificar libertades a cambio de solución de problemas básicos.

Para solo hacer referencia a tres de los múltiples datos que aporta el estudio, el 77% de las personas en Latinoamérica piensan que los partidos políticos funcionan mal, es decir, casi 8 de cada 10, ve que quienes deberían ser los articuladores entre el Estado y los ciudadanos, quienes deberían ser los interlocutores entre las instituciones y la población, no hacen un buen trabajo.

Las democracias se sustentan en los partidos políticos. Sin ellos, o con partidos enclenques, las democracias se debilitan, y ello conlleva a que los sistemas de gobierno sean menos eficientes, lo que, a su vez, como ya se mencionó, hace que se entre en un círculo perverso, donde el ciudadano le importa cada vez menos lo público, se aleja de la política, y a su vez las instituciones del Estado, al tener menos presión y supervisión ciudadana, se vuelven ineficientes.

Quizás convenga reflexionar sobre esta parte del panorama actual, el cual seguirá evolucionando; y qué, cuando se introduzcan otras variables, que ya están presentes en la realidad social, permitirán una mirada más amplia de las nuevas tendencias de la comunicación política moderna.

[i] https://www.latinobarometro.org/lat.jsp

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *