La bukelización de la política.
Por: OrlandoGoncal
La prolongada crisis que sufrió el Ecuador desembocó en la llamada muerte cruzada, con la disolución de la Asamblea Nacional y la renuncia del entonces presidente Guillermo Lasso: y luego de una campaña turbulenta, resultó electo Daniel Noboa, quien asumió el poder el 23 de noviembre de 2023, para un período de apenas 18 meses.
Mientras tanto el país tiene la tasa de muertes violentas al cierre del 2023 en 40 por cada 100.000 habitantes; una de las más altas del continente, lo cual ha sido uno de los frentes en los cuales el presidente Noboa enfoca la mayoría de los esfuerzos del Estado, sin embargo, los mismo no han dado los resultados esperados.
En una carrera contra el tiempo, pues si se quiere reelegir en febrero de 2025, debe mantener y aumentar los niveles de popularidad que comienzan a sufrir estragos, justamente porque el combate a la inseguridad aun no genera los resultados esperados para la percepción de los ecuatorianos, al igual que la reactivación económica, fundamentalmente para mejorar los ingresos de las clases menos favorecidas.
Con este escenario, complejo por lo demás, y, en una carrera contra el tiempo al tener planteado un referéndum y una consulta popular, que el presidente Noboa promueve, y que fue parte de su oferta electoral, con su popularidad en riesgo de bajar, pues entonces es algo más fácil de entender algunas medidas.
La primera el asalto a la embajada de México, lo cual le generó la condena internacional y que ese país rompiera relaciones con el Ecuador; fue una decisión política escudada en el supuesto combate a la impunidad, pero, en el fondo, quizás, es una estrategia de la bukelización de la política para presentar al presidente Noboa como el hombre fuerte, aquel que está dispuesto a todo por proteger a su país y su pueblo.
Esa medida, realizada el pasado 5 de este mes, a 16 días de la consulta, seguramente ha venido a reforzar su liderazgo frente a las clases populares de su país, lo cual incidirá de manera positiva en los resultados de la consulta, en las que están convocados más de 13,6 millones de ecuatorianos, cuyo voto es mandatorio para los que tienen entre 18 y 64 años.
La narrativa de la guerra interna le ha sido altamente eficaz, y ha hecho que presidente coseche en apenas cinco meses de gestión una aprobación superior al 60%, pero ante el peligro de perder la consulta, la cual está enfocada en temas de seguridad, justicia, empleo y arbitrajes internacionales, buscando con esas medidas, de ser aprobadas, tener mayor capacidad de maniobra política y dar resultados de manera más rápida. Recuérdese que, en febrero del próximo año, hay elecciones.
Ahora, es claro que hay enormes motivaciones políticas, pues el presidente Noboa propuso la consulta popular durante su campaña electoral, con la cual busca obtener respaldo para implementar cambios legales y reformas en el país.
Las figuras jurídicas de la consulta popular y el referendo son instrumentos políticos que permiten a los ciudadanos expresar su opinión y participar directamente en decisiones importantes, sin embargo, las mismas pueden tener implicaciones positivas o negativas en la calidad de la democracia, puesto que si bien fomentan la participación ciudadana y la toma de decisiones directa, legitimando cambios importantes en la sociedad, también pueden, si se utilizan como arma política, no solo polarizar y dividir a la sociedad, también pueden ser manipuladas o sesgadas por los actores políticos, con lo cual, la calidad de la democracia depende de cómo se diseñan y se llevan a cabo estas consultas.
Así que, tanto los referendos como las consultas populares tienen un impacto significativo en la democracia, y su uso responsable es fundamental para mantener una sociedad participativa y equitativa, y es aquí donde asalta la pregunta de si esta consulta y las medidas políticas previas a la misma están contribuyendo con la salud del proceso o buscan inclinar la balanza para los fines políticos del presidente Noboa.
Tal como lo señaron las encuestas tanto el referéndum como la consulta fueron aprobadas en su mayoría, pues solamente dos preguntas recibieron el rechazo de los electores. Esperemos que la decisión de los ecuatorianos sea lo mejor para ellos y para su país, que estos cambios constitucionales y las medidas aprobadas contribuyan a la pacificación del país, al progreso y bienestar de sus ciudadanos.
La bukelización de la política, es un riesgo que ronda por Latinoamérica, y no necesariamente es lo mejor para los países ni para las democracias.
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