Lo viejo frente a lo nuevo.
Por: @OrlandoGoncal
Las elecciones presidenciales de Ecuador se desarrollan en un contexto político y económico desafiante para quien sea electo presidente de la república este domingo 15 de octubre. El país enfrenta una serie de problemas, incluyendo una crisis de violencia e inseguridad, la crisis política que llevo a la disolución de la Asamblea Nacional y a la convocatoria de elecciones anticipadas.
Esta inestabilidad política ha generado un impacto en la economía y, según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos, para junio de este año, la pobreza a nivel nacional se ubicó en el 27,0% y la pobreza extrema en 10,8%
Ante este complejo escenario, el candidato Daniel Noboa, a quien antes de la primera vuelta las encuestas le daban entre 4% y 6% de intención de voto, con asombrosa decisión del votante, logran llevarlo a la segunda vuelta. Enfrentará este domingo a Luisa González, candidata del partido Movimiento Revolución Ciudadana, que lidera el expresidente Rafael Correa.
A lo largo de esta atípica campaña Luisa González ha recurrido de manera constante a la imagen de Rafael Correa, lo cual era evidente, después de venir de unas elecciones regionales, donde el movimiento del expresidente Correa había ganado importantes plazas electorales, la estrategia le funcionó para la primera vuelta, puesto que, también apelaba a la base sólida que tiene su movimiento pero, para la segunda vuelta se le ha frenado su crecimiento, y es aquí donde el contrataste entre lo viejo -el correísmo y su líder, el expresidente Correa- frente a lo nuevo, la fresca figura de Daniel Novoa, quien ha buscado resaltar su perfil empresarial y enfocarse en propuestas simples que tienen impacto directo sobre los intereses de los ciudadanos; y, usado la moderación al transmitir su mensaje, sin dejarse absorber por el eterno debate ecuatoriano de correítas y anticorreístas ha llevado a puertas de la presidencia.
Justamente esto último ha sido una de las claves de su éxito, pues buena parte de la sociedad ecuatoriana -en especial los jóvenes menores de 35 años- están hastiados de ese debate estéril que en nada les soluciona sus problemas y menos aun satisface sus necesidades.
Entonces, entre lo nuevo, lo fresco y lo moderado de su lenguaje -en especial al atacar a su adversaria- lo ha puesto en la mente de un grupo importante de la sociedad, quienes ante el tedio a la política guardaron silencio y no manifestaron su opinión, pero decidieron votarle en la primera vuelta, sin que las encuestas tradicionales detectarán el crecimiento de Noboa, y que ahora, para segunda vuelta, seguramente volverán a apoyarle.
De nueva vuelta, lo viejo contra lo nuevo. González siguió hablando del pasado, de Correa, de la Revolución Ciudadana, etc. Noboa se enfocó en el futuro. Además, el target al que apuntó Noboa fue justamente a los jóvenes -como él- y a ese segmento poblacional le interesa más el futuro que el pasado. Y si, además, hizo un uso adecuado y microsegmentado de las principales redes sociales como Instagram y TikTok, con las cuales llegó a esa porción del electorado, -sin hacer payasadas- por el contrario, con un contenido ameno, pensado y estructurado para ese target, pues lo logró, los resultados son evidentes.
Otro elemento que ha jugado un rol importante es la identidad y la novedad. Mientras Luisa González viene de una carrera política que comenzó en el primer gobierno del expresidente Correa, hace unos 15 años, el apellido Noboa ha estado en la palestra pública por mucho más tiempo. Álvaro Noboa, padre de Daniel es un empresario multimillonario que intentó en 5 ocasiones ser presidente, sin lograrlo. Sin embargo, si bien se reconoce el apellido Noboa asociado con una historia de éxito empresarial, la joven figura de Daniel es novedosa y destacada dentro de la porción de jóvenes que lo asocia como figura de su generación con la cual, seguramente se identifican para reconfigurar el país.
Esta elección realizada en condiciones atípica, con una campaña supremamente corta, deja lecciones importantes para quienes quieran tener éxito en sus contiendas. Tales como: Identifique su segmento electoral, estúdielo, conéctelo con un mensaje simple y poderoso, que trasmita una clara identificación y sintonía; hable del futuro, no del pasado, converse sobre los problemas de la vida cotidiana de la gente, establezca un diálogo franco y abierto con temas de interés mutuo; y sobre todo, use las herramientas que la comunicación política moderna le ofrece para tocar ese acorde sensitivo en la mente de la -parcela de electores- que fácilmente puedan identificarse con su propuesta, motivándolos a votarle.
Así, se gana una elección.
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