Por @OrlandoGoncal
Hoy, el régimen dictatorial de Venezuela otorga casa por cárcel a Leopoldo López. Esto no significa su libertad, sigue siendo un preso político pero, solo es unas condiciones de reclusión más benignas.
Durante más de 1.260 días Leopoldo López estuvo injustamente encarcelado. Buena parte de su encierro en solitario, se dio el más indigno de los tratos, le negaron en múltiples ocasiones las visitas de su esposa, familiares y abogados.
Sus carceleros llegaron a extremos de grabar las conversaciones de López con sus abogados y familiares, le retiraron todos los libros, apagaban las luces a las 6 de la tarde, las requisas sorpresa en la madrugadas eran cada vez más frecuentes y vejatorias. Llegaron a extremos como arrojarle excrementos a su celda y dejarlo allí por días y días.
A pesar de todos esos vejámenes, la posición de Leopoldo se mantuvo firme e inamovible, sólida como una roca, sin apartarse de sus principios que fueron los que lo motivaron a plantear en el 2014 lo que el mismo denomina “la salida” y que como consecuencia de ellos, el régimen lo encarceló.
Durante meses, el régimen trató de “negociar” a través del ex presidente Zapatero, el otorgarle el beneficio de casa por cárcel a cambio de que cesaran las movilizaciones y protestas populares que, cada día eran más intensas y grandes. Leopoldo se negó a recibir privilegios y se mantuvo en su posición, no cediendo al chantaje, y argumentando que él sería el último en salir de la cárcel, que, primero liberaran a todos los presos políticos, que se abriera el canal humanitario, que se restituyera el hilo constitucional y que se llamara a elecciones generales con supervisión internacional.
Leopoldo ha demostrado a lo largo de los más de 1.260 de su injusto encarcelamiento que, no negocia sus principios, que su lucha y la de Venezuela sigue y que el objetivo es una Venezuela libre, democrática donde todos los derechos, sean para todos, sin exclusiones.
Después de 99 días de protestas continuas en todo el país, que le ha arrebatado la vida a las de 90 venezolanos, las preguntas que debemos hacernos son: ¿Por qué lo hacen? ¿Qué hay de fondo?
Es evidente que, el régimen se debilita y resquebraja a pasos agigantados. Sus propios errores uno tras otros y, las incesantes protestas populares, los han debilitado enormemente. A lo interno ya son más que evidentes las divisiones y fracturas. Internacionalmente su desprestigio es enorme, la comunidad internacional ya tiene claro que en Venezuela se violan los derechos humanos, que hay presos políticos, que la democracia ha sido pisoteada y vejada impunemente.
Ante este escenario, el régimen trata de manera desespera de, otorgándole casa por cárcel a Leopoldo López y a otros presos políticos, de desactivar las protestas populares, de enfriar la calle buscando ganar más tiempo. El Tribunal Supremo de Justicia intenta darse un pequeño baño de legitimidad con esta medida, todo con el fin de poder seguir atornillados al poder. Pero o sorpresa, todos sus intentos son en vano.
Son demasiadas las demostraciones que ha dado Leopoldo López de su entereza, fortaleza y profunda convicción en sus principios democráticos y eso, a pesar del tremendo costo personal y familiar que ha sufrido.
Mucho se ha especulado en estas horas sobre las razones de este cambio pero, el mensaje de hoy Leopoldo es fuerte y claro. En sus primeras palabras ha dicho, entre otras cosas:
“Esto un paso hacia la libertad, no tengo resentimiento y la lucha sigue hasta vencer.
Si mantener mis convicciones es un riesgo para volver a la cárcel, asumo el riesgo y seguiremos en la lucha.
Estoy preso en casa, como lo están todos los venezolanos.
Que este avance se convierta en mayor convicción. Más calle, más fuerza y el 16 de julio todos al plebiscito.”
Así que Fuerza y Fe, ya está cerca, ya viene la Libertad de Venezuela.
Ya viene, ya está cerca la Venezuela donde todos los derechos serán para todos.
Ahora más que nunca, hay que seguir hasta lograr erradicar el cáncer de la dictadura.
El que se cansa, pierde. Adelante, Fuerza y Fe.