Terminaron las convenciones (republicana y demócrata) y ahora comienza la verdadera campaña en los Estados Unidos. La campaña por las primarias de ambos partidos fue larga, dura y desgastante para todos, incluidos los ciudadanos, que en muchos casos, aborrecen la política.
Donald Trump, contra todos los pronósticos, logro imponerse en las primarias republicanas. Hizo uso de los recursos más impensables en una campaña, pero le funciono.
Con un estilo demagogo, populista, “outsider”, anti partidos, anti poder establecido, contestatario, atrevido y sumamente hábil para atraer la atención de los medios con su personalidad egocentrista y excéntrica.
Llegó a los extremos de equiparar a los inmigrantes mexicanos con violadores, insultar a las mujeres, burlarse de un discapacitado físico, menospreciar a un héroe de guerra, y cuanto más escandaloso era, más atención y free media (publicidad gratis) obtenía de los medios, lo cual en un juego absolutamente perverso, lo favoreció.
Fue un candidato que se atrevió a decir lo que nadie más dice y muchos piensan. Los americanos blancos, conservadores, ven como su país se va desdibujando por la llegada de millones de inmigrantes, y como estos con más tenacidad y esfuerzo los van desplazando de muchos puestos de trabajo, sienten una amenaza real de perder los privilegios de la economía capitalista americana.
El sueño americano, ahora es el sueño de millones no americanos y eso les aterra. Así que Trump, buscará por todos los medios, mantenerse con ese mismo discurso. La elección de su candidato a vicepresidente, Mike Pence, un ultra conservador, es una reafirmación de que su discurso no cambiará.
Sin embargo, la convención del hombre show, Trump, estuvo plagada de pesadez, discursos aburridos y fundamentalmente el de él, hablando del pasado, de miedos, y de la barbaridad de que él manejara el país como ha manejado sus negocios. Por Dios, se ha declarado en banca rota 5 veces, ha dejado de pagarle a miles de obreros, contratistas, dejándolos a ellos también en banca rota.
Por el otro lado los demócratas eligen a Hillary Clinton, una veterana con más de 40 años en la política, con amplia experiencia en el manejo del poder.
Con la ventaja de realizar su convención después que la de los republicanos, pudieron desarrollarla evitando los errores de sus adversarios y usaron todos los recursos a su disposición.
Tener a oradores como el vicepresidente Joe Biden, al presidente Obama, al expresidente Clinton, a Michelle Obama, al candidato a vicepresidente Tim Kaine, y al propio Bernie Sanders, todos desmontando el mensaje de Trump con elegancia, finura y hasta con humor, pero con contundencia, hablando de logros y fundamentalmente hablando de la gente, como debe ser el foco de cualquier campaña, hablando de esperanza y de futuro, pusieron en claro cuál será su línea discursiva.
El discurso de Hillary Clinton fue en esa misma dirección, y aunque se presentó como la persona más preparada para asumir la presidencia y por contraste también desmonto muchos de los argumentos de Trump, en un escenario cuidadosamente elaborado (fondo oscuro, y ella vestida de blanco) centro su mensaje en lo emocional, y en la gente, no en números.
Así que, esta batalla épica que se librara en los Estados Unidos, tendrá rivales y visiones, diametralmente opuestas.
Los republicanos y su candidato, se presentan como anti sistema, y basarán su mensaje en el pasado, en el miedo, tratando de despertar aún más interés en los blancos conservadores, que matemáticamente, son muchísimos más que los hispanos habilitados para votar y que otros grupos étnicos, hablarán del sueño americano para los americanos, del nacionalismo, patriotismo y fundamentalmente se centrarán en la figura megalómana de Trump, el todo poderoso que todo lo puede y todo lo sabe.
Los demócratas, con Hillary Clinton a la cabeza, centrarán su mensaje en la gente, en sus sentimientos, esperanzas, y aspiraciones, en el futuro, en la inclusión (todos somos americanos, recordó Kaine) y en que los problemas del país tendrán que resolverlos con el concurso de todos, que solo juntos políticos, ciudadanos, empresarios, estudiantes, trabajadores, hombres, mujeres, en fin todos juntos, podrán resolverlos.
Como conclusiones me gustaría comentar lo siguiente:
- Cada vez más, Donald Trump se me parece a Hugo Chávez. Con la gran diferencia que el primero, de llegar a la presidencia tendría acceso a armas nucleares que Chávez, afortunadamente, no tuvo.
- Trump no solo es una amenaza para los Estados Unidos, lo es para el mundo. El comentario anterior lo valida, pero especialmente es una amenaza para México, y aquí quisiera hacer una aparte. Me ha sorprendido la tibieza con la dirigencia política de ese país ha reaccionado ante las graves ofensas que ha hecho Trump contra México y los mexicanos. Debo hacer la salvedad de que solo el expresidente Vicente Fox, con su muy particular estilo, ha llamado las cosas por su nombre, le dijo unas cuantas verdades a Trump y pareciera que este asimilo el golpe y bajo un poco el tono y las agresiones hacia México.
- La campaña será una lucha entre el pasado y el futuro, entre el anti sistema y el estatus quo, entre el miedo y la esperanza, será toda una batalla.
- Quizás veremos la campaña con la mayor dosis de spots o comerciales negativos de toda la historia.
- Ambos candidatos tienes altos niveles de percepciones negativas. Trump por su particular estilo, Clinton por haber estado expuesta ante la opinión pública por 40 años de actividad política. Esto incidirá mucho en la tasa de crecimiento que ambos tendrán que lograr para ganar, así que si en alguna campaña deberán ajustarse con mucha finura las estrategias, será en esta.
- Las campañas no se trata sobre los candidatos, se trata de la gente (los electores), son ellos los que tienen el poder del voto, y los que tomarán la decisión final de a quien elegirán. En este punto, pareciera que los demócratas están mucho más claros que los republicanos.
- Exceptuando los adultos mayores, la gran mayoría de los distintos grupos demográficos, ante una elección piensan y sueñan con el futuro, así que quien mejor interprete ese sueño de futuro de la población, obtendrá la victoria.
- Adicionalmente, como la elección se trata de los ciudadanos, y no de los candidatos, quien logre interpretar las angustias y que le quita el sueño a los electores, y transformarla en una visión de futuro, de esperanza, fácilmente entendible para los electores, será el que tenga el voto de la mayoría.
- El sistema electoral americano, no es un sistema de elección directa, al contrario, es un sistema de elección de segundo grado, por lo tanto afinar estrategia por cada estado, por grupos demográficos, (edades, sexo, nivel socio económico y educativo, afro descendientes, blancos, hispanos, asiáticos), por grupos de intereses o culturales (comunidad LGBT, religiosos, entre otros) será fundamental para segmentar el mensaje y escoger los mejores canales de transmisión de esos mensaje.
- Por último, no estamos en una Era de cambios. Estamos en un Cambio de Era y quien mejor interprete eso, tendrá la ventaja.