Sin equipo ad hoc, no hay campaña.
Por: @OrlandoGoncal
Ad hoc significa «para un propósito o fin determinado», expresión que se utiliza a menudo para indicar que un determinado acontecimiento es temporal y destinado a un propósito específico.
Un equipo ad hoc se crea de manera expresa para afrontar asuntos específicos y frontales en una campaña electoral, sobre todo, cuando se tiene convencimiento real de alcanzar el objetivo, se prevé la creación de este tipo de equipos para lidiar con las presiones del entorno, las que sin dudas se presentarán, para satisfacer las necesidades internas de la campaña y luego, una vez alcanzado el objetivo se diluyen.
La comunicación política moderna y las campañas electorales en general se han hecho muy complejas y se han especializado, al igual que lo ha hecho la sociedad. Así que, el primer paso para construir una campaña electoral exitosa dentro del marco de la comunicación política moderna es la conformación de este equipo ad hoc, el cual deberá a partir de un método, aprovechar al máximo todas las herramientas disponibles, para lograr los objetivos trazados.
Para tales fines, se debe entonces establecer un método confiable, probado y efectivo que permita, de manera rápida y eficiente, construir la campaña electoral sobre bases sólidas; y para lograrlo habrá que realizar diversas actividades.
Adicionalmente hay que tener claridad de la necesidad de tener por lo menos dos tipos de equipos, el ejecutivo y el consultivo. Los primeros se encargan de encontrar soluciones eficaces para el mejor desarrollo de la campaña, o sea, los responsables de la implantación de las tácticas que generaran el éxito final. El consultivos, por el contrario, se limita a plantear, implementar y recomendar soluciones a los niveles directivos, es decir plantean la estrategia de la campaña, con lo cual dan respuesta al “qué” hacer en la campaña, mientras que los equipos ejecutivos generan el “cómo” se implementará la estrategia.
Cuando en una campaña, hay dualidad de funciones por el rol de gobernantes y que aspiran a la reelección, los niveles de eficiencia tienden a ser muy bajos, por lo cual la tendencia es a invertir más recursos para suplir las fallas de la poca eficiencia de los equipos de campaña y esto no necesariamente resuelve el problema de fondo.
La situación anterior se presenta al tratar de ejercer la doble función de gobernar y hacer campaña al tiempo, lo cual conlleva a que se puedan presentar competencias internas, utilizando la campaña para lograr subir en la escala de liderazgo con miras al próximo gobierno; usualmente los directivos tienen su propia agenda, y en ocasiones estas no están alineadas al proyecto colectivo. Para evitar esta situación hay que dar soluciones que no afecten los intereses individuales ni los colectivos, además evitando competencias que malogren una campaña exitosa, por ello las sugerencias son:
Primero, un equipo ad hoc, dedicado por entero a la campaña. Segundo, estudiar el entorno, puesto que cada campaña es única e irrepetible, máxime post pandemia, cuando la sociedad ha cambiado, y la manera de acercarse y conectar emocionalmente con los electores, también ha cambiado. El tercero elemento es la investigación, herramienta fundamental, sobre todo y como ya se mencionó en un mundo tan convulso donde los electores han cambiado tanto.
La definición de objetivos -claros y concretos- es el cuarto elemento para considerar, fundamentalmente cuando se trata de equipos que cumplen la doble función de gobernar y hacer campaña. Como se observa, la línea entre ambas funciones puede ser muy delgada y hay que no solo ser respetuosos de las leyes y la ética, sino transitar el camino de la eficiencia para obtener resultados contundentes.
El quinto elemento es tener claridad del inventario del que se dispone, es decir, el recurso humano, logístico, simbólico y financiero, con los que se cuenta; siendo escrupulosos en no mezclar los recursos del Estado con la campaña. La tentación generalmente es grande, pero puede resultar dañina, además del conflicto ético y legal de que por sí misma plantea.
El control, seguimiento, auditoría y ajuste, es el sexto elemento que debe estar presente en cualquier campaña. Si algo no puede ser evaluado, medido, o no arroja indicadores, es claro que quizás no sea eficiente para la campaña.
La disciplina, es el séptimo elemento para considerar. Las campañas tienden a ser caóticas, por lo cual, si el equipo ad hoc no tiene disciplina, tendrá la tentación de desviarse del camino estratégico y caer en las ocurrencias, la improvisación, desperdiciando los recursos, en especial el fundamental, el único recurso no renovable en una campaña, el tiempo.
No hay campaña exitosa, sin equipo ad hoc, sin estrategia y sin liderazgo.
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