Acceso al poder.
Por: @OrlandoGoncal
La desconexión de los partidos políticos con los ciudadanos, es un tema que ha sido ampliamente discutido. Los partidos políticos deberían ser los articuladores entre el ciudadano y el Estado. Sin embargo, la tendencia es que, una vez superado el torneo electoral, literalmente desaparecen del mapa.
En la mayoría de los casos, quienes ganan la elección se ocupan con las labores de gobierno dejando al partido a la deriva y allí comienza la desconexión con el ciudadano. Quienes pierden, se van a los cuarteles de invierno y también se desconectan de los electores.
Los partidos políticos deben tener vocación de poder, pero con convicción en la causa, fundamentalmente las causas ciudadanas. Sin embargo, en muchos casos, los partidos políticos se han convertido en maquinarias electorales que buscan el poder por el poder mismo, sin tener en cuenta las necesidades y demandas de los ciudadanos, y esto viene justamente por la desvinculación que mencionamos anteriormente.
Esas maquinarias electorales dado que no se les dio mantenimiento en el tiempo, ante cada evento electoral los partidos tienen que volver a estructurarlas, entrenarlas y actualizarlas a las nuevas realidades de las reglas electorales. Eso es uno de los elementos que encarecen las campañas electorales pues hay que literalmente partir de cero para construir esa plataforma.
Por otra parte, en esa búsqueda del poder los partidos en ocasión dejan de lado que deben construir una plataforma lo suficientemente amplia que represente y agrupe a los micropoderes, por lo que se hace necesario crear redes de micro poderes. Estas redes son grupos de personas que se organizan para lograr un objetivo común. Los micropoderes pueden ser reales o simbólicos, y ambos tipos son importantes en la construcción de estas redes.
Los micropoderes reales son aquellos que tienen una base material y se relacionan con el poder económico, político o militar. Algunos ejemplos de micropoderes reales son los sindicatos, las organizaciones empresariales, las asociaciones de vecinos, las organizaciones no gubernamentales, entre otros. Estas organizaciones tienen una estructura jerárquica y una base material que les permite ejercer influencia en la sociedad.
Por otro lado, los micropoderes simbólicos son aquellos que no tienen una base material y se relacionan con el poder cultural, ideológico o simbólico. Algunos ejemplos de micropoderes simbólicos son los medios de comunicación, las redes sociales, los grupos de opinión, entre otros. Estos micropoderes no tienen una estructura jerárquica y su influencia se basa en la capacidad de persuasión y en la capacidad de crear opinión pública.
En la construcción de redes de micropoderes, es importante tener en cuenta tanto los micropoderes reales como los simbólicos, ya que ambos tipos son importantes para lograr los objetivos comunes. Los micropoderes reales pueden proporcionar recursos materiales y financieros, mientras que los micropoderes simbólicos pueden proporcionar apoyo moral y crear opinión pública.
La conexión permanente con los ciudadanos, así como la estructuración de las redes de micro poderes y su mantenimiento en el tiempo son dos elementos de vital importancia para el acceso al poder. Desconocer lo anterior es entrar en la improvisación, y ello generalmente no da buenos resultados.
Las campañas electorales y la construcción de la ruta para la consecución del poder, son actividades muy exigentes, que requieren de estudio, investigación, preparación, disciplina, tiempo, talento, e inversión económica. Con cuanto mayor antelación se inicie el proceso, mayor garantía de la consecución del éxito habrá y sorprendentemente, puede ser un proceso menos dispendioso.
Considerando que el poder es efímero, la construcción de la ruta de acceso a el, puede ser larga, pero una vez obtenido el poder, la permanencia en el pudiera ser corta, razón por la cual, la preparación no solo debe estar en la en la consecución, sino también en la planificación y gestación para ejercerlo con eficiencia y eficacia.
En el acceso al poder definitivamente, no puede haber improvisaciones de ningún tipo, y lamentablemente, es lo que pareciera imperar, últimamente.
Los líderes del futuro, deberán sortear enormes retos, pero las lecciones para la consecución del poder están allí. Solo hay que estudiarlas y sobre todo no repetir errores del pasado.
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