Ganar requiere método.
Por: @OrlandoGoncal
Quien ha sido considerado el padre de la consultoría política, Joseph Napolitan, en su libro ¿Cómo ganar las elecciones?, nos dice que: “En lo que a mí concierne, creo que hay solamente tres pasos para guiar una elección, aquí o en cualquier lugar: Primero, definir el mensaje que el candidato quiere comunicar a los electores -votantes-. Segundo, seleccionar los vehículos para la comunicación. Tercero, implementar el proceso de comunicación”.
A pesar del tiempo transcurrido desde que Napolitan afirmaba lo anterior, el concepto sigue siendo válido pues la comunicación política moderna y las campañas electorales se han complejizado y, por otra se han especializado, al igual que lo ha hecho la sociedad. Por lo tanto, el primer paso para construir una campaña electoral dentro del marco de la comunicación política moderna es partir de un método que permita aprovechar al máximo las herramientas disponibles, para lograr los objetivos trazados.
Para tales fines, se debe partir por el principio, y esto lleva a establecer un método confiable, que permita de la manera más rápida y eficiente, construir la campaña electoral sobre bases absolutamente sólidas.
Para eso, algunos consultores planteamos un método sencillo pero efectivo y probado de cuatro pasos. A saber, el primero, estudiar el entorno; el segundo, el proceso de investigación; el tercero, la definición de objetivos -claros y concretos-; el cuarto, un inventario.
Las dinámicas sociales, fundamentalmente post pandemia han cambiado y siguen haciéndolo, por lo cual, el estudiar el entorno, tener una clara lectura de esas dinámicas, entenderlas, comprender su alcance y sobre todo asimilar el impacto que están teniendo o que pudieran llegar a tener en el electorado, es fundamental, pues en el proceso de la construcción de una estrategia electoral, tener una errada lectura del entorno, es partir de premisas inexactas que desvirtuarán todo el proceso.
El estudio del entorno contribuye a la formulación de las hipótesis que serán fundamentales en el siguiente paso dentro de este método es el proceso de investigación. Solo este proceso, hecho de manera seria y profesional, permitirá confirmar o desechar las hipótesis planteadas, e ir más allá, encontrar que esta en la mente y en el corazón de los electores, dimensionando que tan poderosas son las percepciones de la realidad de estos sobre su entorno, cuales son los elementos de sus vidas que son realmente importantes, cuales son representaciones reales o simbólicas de sus valores, y el significado e impacto real, para ellos los electores, de las distintas realidades con las que conviven a diario.
Dicho de otra manera, la investigación nos permite dimensionar con precisión la pirámide de Maslow de cada elector, entender sus prioridades, anhelos y angustias, con lo cual pasamos de las hipótesis a la realidad del electorado.
Este proceso de investigación, para el cual existen múltiples técnicas y sistemas, desde los más simples y conocidos como las encuestas, los focus groups, hasta llegar al big data, o más allá, al neuromarketing, con el cual literalmente se logra de manera precisa entender los procesos de toma de decisión de los votantes, las reacciones y sentimientos que se generan ante distintos estímulos con una precisión sencillamente asombrosa.
Con todo ese bagaje de información, se pasa la siguiente etapa del método, que es la definición de objetivos -claros y concretos-, los cuales ayudarán en la construcción de la estrategia. No es posible construir una estrategia si no se ha transitado por los pasos anteriores, es más, tratar de hacerlo, es simplemente entrar en el terreno de la especulación, de las ocurrencias e inventos, y generalmente, eso no sale bien, eso solo conduce a una derrota electoral segura.
El cuarto elemento de este método es hacer un inventario de los recursos con los que se cuentan, es decir, cuantos recursos humanos, logísticos y económicos se tienen para poder desarrollar la estrategia planteada para lograr los objetivos trazados e implementar ese proceso de comunicación con elector, el cual debe traducirse en un diálogo que genere tal nivel de sentimientos que acerque al votante a la oferta del candidato. Ese proceso de comunicación debe entonces ir induciendo al ciudadano a que esa propuesta política es la más parecida a él, la que más se identifica con él, en definitiva, la que más le conviene para sus intereses.
Al lograr llegar a ese punto, el elector ha tomado una decisión por sus propios medios, con su propio proceso de análisis y toma de decisiones, y la campaña, no le pidió el voto, solo estableció con el votante un diálogo y una relación que le indujo a que tomara esa decisión de votar por ese candidato en específico.
Nuevamente, ganar una elección hoy día, requiere un método.
Imagen: https://sociologiaunivia.wordpress.com/