TikTok no gana elecciones.
Por: @OrlandoGoncal
El pasado domingo 19 de este mes, Colombia eligió al presidente que regirá sus destinos los próximos cuatro años.
Desde la primera vuelta celebrada el pasado 29 de mayo, los ciudadanos enviaron un mensaje fuerte y claro con la escogencia de dos candidatos para disputar la segunda vuelta -Gustavo Petro y Rodolfo Hernández- personajes alejados de los partidos tradicionales. En aquella oportunidad escribimos un artículo que titulamos “Colombia pateó el tablero”, pues en esa ocasión, más del 72% de electores votaron contra los partidos tradicionales, indicando de manera directa que querían un cambio drástico, inédito, y en buena medida, incierto.
La campaña de Gustavo Petro Urrego lo convirtió en el primer presidente de la izquierda en la historia de Colombia. Se presentó como el cambio, como la alternativa a los partidos tradicionales, esos que habían gobernado a Colombia por más de 200 años; planteando un enfoque en lo económico que se aleja de la economía tradicional basada en la extracción de recursos naturales.
Por su parte, Rodolfo Hernández, se presentó como el anti sistema, el disruptivo, con un discurso estigmatizante, y en ocasiones, ofensivo; pues señalaba a todos los políticos como corruptos, bandidos, ladrones, mariguaneros, prostitutas, y un sinfín de epítetos, interpretando la indignación, la rabia y frustración de un porcentaje importante de la población. Adicionalmente su equipo de campaña hizo un buen manejo de las redes sociales, amplificando su mensaje; llegando hasta autodenominarse “el rey de TikTok”. Algunos analistas consideran que el éxito de Hernández se basó en el manejo que hizo de las redes sociales, sin embargo, difiero de esa apreciación.
En lo personal considero que su éxito estuvo en el mensaje, puesto que, como ya lo mencioné, logró interpretar el sentimiento de una parte importante del electorado. Recordemos que el país vivió un estallido social en el 2019 y otro en el 2021; oportunidad donde la población expresó su inconformidad y frustración. Sin embargo, los dirigentes tradicionales no entendieron el mensaje, no se pusieron en los zapatos del ciudadano, quienes la estaban pasando muy mal con la pandemia del Covid, sin recibir apoyo ni alivio alguno.
Así que, Rodolfo Hernández con ese mensaje estigmatizante, hiperpolarizador, se convirtió en el vengador de los ciudadanos que no la estaban pasando bien, culpando a la clase política tradicional, la del status quo.
Es así como el colombiano reclamó un cambio, espacio en el que Gustavo Petro encarnó la diferencia, el cambio de esa tradicional clase política; mientras que Hernández, era el verdugo, el que iba a castigar al status quo para defender a los ciudadanos.
Es cierto, -las redes sociales le ayudaron- pero, estas, al igual que otros canales de comunicación no son suficientes, si el mensaje no es el correcto, no conecta emocionalmente con los ciudadanos, y estos no se sienten identificados, y, sobre todo, representados en el mensaje, y entonces no hay click. Por ello, considero que el éxito de Hernández, no fueron las redes, fue su mensaje.
Para la segunda vuelta Petro intensificó sus recorridos, enfocándose donde podría obtener mayor rentabilidad electoral. Paralelamente, contrastó con Hernández, haciendo que la gente conociera las debilidades de su contrincante, además de intensificar su presencia en redes sociales.
Por su parte Rodolfo Hernández, se fue del país, argumentando que su vida corría peligro; luego regresa y hace campaña desde su casa, a través de lives en las redes sociales y ocurrencias en TikTok, abandonando el territorio. Evitó un debate televisado cara a cara con Petro y se dedicó a atacar a este, en vez de hablar como iba a solucionar los problemas del ciudadano. Como si fuera poco, no regresó al contacto directo con los electores, dejando un enorme vacío que capitalizó Petro.
En política, no hay espacios vacíos. En campaña quien deja un espacio libre su adversario lo aprovechará. Quien descuida un flanco, le será arrebatado por su competidor.
En conclusión, las campañas electorales son empresas que se preparan y construyen con mucha antelación. Requieren estudios, planeación, un candidato a tiempo completo realizando las labores fundamentales, mientras el equipo se encarga de realizar todas las demás tareas y detalles, mucha investigación y estudio, para, literalmente poder tener absoluta claridad de lo que piensa, siente, teme y anhela el elector; para diseñar una estrategia que a través de un plan de acción y de un mensaje poderoso, logren acercar al elector a ese candidato.
Es así como en la modernidad las redes sociales, sin duda, ayudan, pero, son solo una herramienta que hace parte de la campaña, y fundamentalmente, debo manifestar que, para éste servidor, es claro que, TikTok, no gana elecciones.
Imagen: https://elpais.com/