En campañas, no todo lo que se ve es lo que parece.
Por: @OrlandoGoncal
Todo, absolutamente todo lo que se hace y dice en una campaña electoral debe estar previamente estudiado, probado y testeado antes de ejecutarlo. Lanzarse a realizar invenciones, ocurrencias o adivinación, generalmente cuesta caro.
Así es que, cuándo un candidato hace o dice algo, generalmente quienes estamos en la consultoría política tratamos de hacer una lectura profunda, más crítica, en ocasiones maquiavélica, tratando de visualizar el alcance real de tal acción o declaración, pues con ello procuramos estimar la dirección hacia dónde va la intensión del hecho, entonces intentamos determinar cuál es la real intención que hay detrás, y qué efectos puede generar.
También, partiendo de la información aportada, buscamos dibujar los posibles escenarios, todos aquellos que nos permite el aprendizaje y la experiencia en el oficio de la Consultoría Política. Al hacer este ejercicio debemos partir desde los escenarios más lógicos hasta los más ilógicos o poco factibles, porque en política no hay sorpresas, pero si puede haber sorprendidos.
Veamos un caso concreto:
El pasado día 21 de los corrientes el pre candidato presidencial colombiano Gustavo Petro, emitió la siguiente declaración: “La primera decisión que voy a tomar es el cese de la contratación de exploración de petróleo en Colombia. Es un mensaje claro: vamos hacia una economía productiva, no extractivista.”
La misma generó todo tipo de reacciones, pues fue un anuncio breve, donde se habló del “qué” va a hacer, pero nunca explico el “cómo” lo va a hacer. Ahora, en vista de que no es la primera vez que se refería al tema, puesto que, tres meses atrás el 17 de agosto también dijo: “Si un gobierno del Pacto Histórico llega a ganar, ese gobierno debe decretar la suspensión de la exploración petrolera en Colombia” Es claro que, posiblemente, ese planteamiento sea una convicción personal analizada con su equipo, pero, surge la pregunta siguiente: ¿Está Colombia preparado para eso?
Evidentemente el planteamiento puede tener cierta lógica, es más, ante la crisis climática en la que ya estamos, una medida tan radical es perfectamente razonable y eficiente, pero, su aplicación práctica y efectiva en el país de hoy día, ¿es viable?, ¿generará los beneficios que se desean?, la transición hacia la economía productiva, ¿cuánto durará?, ¿cuánto tardará el país en hacer esa migración?, ¿qué pasará con los miles de empleos que hoy genera la industria petrolera? La lista de interrogantes podría seguir.
Entonces, ¿por qué un pre candidato presidencial que se ha mantenido por meses en el primer lugar de las encuestas, insiste sobre un tema que hace tres meses no tuvo trascendencia mediática, pero ahora sí?
Como ya se dijo, puede ser una convicción personal, pero, el hecho de que insista en el tema y qué preciso lo haga sin detallar el “cómo” y justo dos días antes del anuncio de quien sería el candidato del Centro Democrático, es porque quizás buscaba tratar de rivalizar y restar protagonismo a la noticia del nuevo candidato.
Otra variante que podemos observar es: ¿Por qué y para qué generar polémica si estas de primero en las encuestas? Cuando se está en esa posición hay que ser cuidadoso sobre lo que se dice y se hace, pues se quiere seguir atrayendo a más electores a tu causa. Hacer acciones o declaraciones que generen controversia tienden a dividir el electorado y no es fácil a veces determinar qué parte de esa división es mayor, y quien se acercó o alejó.
Cuando se recurre a este tipo de acciones, generalmente, es por la necesidad de estremecer con cierta fuerza los escenarios, romper una inercia paralizante en la campaña que está generando un crecimiento marginal muy lento dentro del favoritismo de los electores. Y si se revisan las encuestas de los últimos meses, el crecimiento de la intensión de voto hacia el pre candidato Petro ha sido pequeño, así que esta acción táctica para romper esa inercia puede tener un efecto negativo o positivo en la estrategia general. En ocasiones hay que impulsar este tipo de “golpes” para con el tiempo -quedan 100 días para la elección- las cosas vuelvan al carril estratégico trazado anteriormente, producto de varios factores previamente estudiados.
¿Cuáles? Bueno el primero, se llevó la porción del pastel más grande. La segunda, se definió así mismo y definió a sus adversarios marcando una diferencia. La tercera, lograr que las fuerzas opositoras se reagrupen -en este caso son muchos los intereses económicos que se afectarían por tal decisión, así que, probablemente reaccionen- con lo cual, se les puede identificar, y por su historial, quizás, se pueda llegar a determinar cómo van a actuar y, por consiguiente, prepararse en consecuencia para enfrentar esa arremetida y sacarle provecho. Es lo que yo haría.
Lo excitante del pensamiento crítico es que nos lleva a recorrer caminos que la inercia del “manual de hace 30 años” generalmente bloquea, permitiendo, hoy, ser mucho más creativos y profundizar en detalles que a simple vista no se ven.
Quizás para algunos lectores este artículo parezca poco atractivo, sin embargo, para quienes les gusta la política puede resultarle interesante, y para los que estamos en la consultoría política nos resulta estimulante escudriñar qué hay más allá de lo claramente obvio, pues en campañas no siempre lo que se ve es lo que parece.
Imagen: www.semana.com