Manejo de crisis en campañas. Video columna #87

Manejo de crisis en campañas

Por: @OrlandoGoncal

Las campañas tienden a ser procesos complejos, extremadamente dinámicos, donde las presiones de toda índole pululan en el ambiente. Adicionalmente, todo esto sucede en un ambiente donde los egos están a flor de piel, el tiempo y los recursos generalmente no son suficientes, por lo cual, es muy lógico que se presenten crisis.

Así que quizás podamos definir las crisis como una situación compleja y decisiva para la sobrevivencia de la campaña, producida por sorpresa y que afecta al público interno y externo. Ahora bien, lo primero que debemos tener claridad es en el concepto anterior y decantar si, efectivamente tenemos una crisis, si ésta es real, si es imaginaria, porque, en ocasiones, aunque sean imaginarias, pueden terminar generando una crisis que quizás tenga mayor incidencia hacia lo interno de la campaña, que, hacia lo externo, pero, en todo caso, puede perturbar la buena marcha de la misma.

Como todo, las crisis tienen sus etapas, que pudieran clasificarse por escalones, donde el primero de ellos es la preocupación por una situación particular. Indistintamente si la crisis, o la amenaza de una crisis sea interna o externa, el simple hecho de que nos preocupe, debe ser un llamado para que se le prestemos atención y le observemos.

No significa que hay que encender las alarmas y paralizar o movilizar todo en función de esa preocupación, pero, es la primera campanada de alerta de algo que, pudiera estar gestándose.

El segundo escalón es cuando efectivamente hay un problema. Aquí hay una relación entre el tiempo que se toma para atender la crisis y el impacto que ésta tendrá. Es decir, cuanto más tiempo se tarde en atenderla, más impacto tendrá.

Siguiendo en esa misma línea, si no se atiende el problema, se llegará indefectiblemente al tercer escalón, es decir, oficialmente hay una crisis entre manos, con lo cual, se pasa a tener una emergencia -cuarto escalón- y de allí al escándalo, -quinto y último escalón- es muy fácil y rápido.

Cuando una campaña esta ensimismada, con una estructura organizativa y unas líneas de mando débil, generan el caldo de cultivo para que se presenten crisis, tal como se describió anteriormente. Sin embargo, una campaña que esté consciente de que no juegan solos en la cancha y, en consecuencia, observe los movimientos, actividades y señales de las otras campañas, que adicionalmente, tenga un plan estratégico de campaña escrito, una buena organización y dirección, tiene la capacidad para prevenir una posible crisis, pues la detecta con la debida antelación, lo cual, le permitirá prepararse para afrontarla mediante dos posibles vías.

La primera, es anticiparse a la crisis y, en consecuencia, diluir las posibles causas de esa crisis, aniquilando la posibilidad de que se genere. La anticipación solo será posible si se está muy atento a todo el contexto y sobre todo si en la fase de estudio previo, se dibujaron y previeron todos los escenarios posibles -desde los más lógicos y factibles, hasta los más absurdos e improbables-.

Otro escenario que se puede presentar es que, al no poder diluir las causas de la crisis y, sobre todo, si es inminente que se produzca, es prudente entonces abortarla, es decir, la propia campaña saca a la luz la posible crisis.

Aunque es delicado y solo es factible de realizar, si previamente se estudió y midió cada escenario y las reacciones de los demás actores o campañas, es que una crisis pudiera ser superada si se genera una crisis mayor. El que la crisis sea mayor, aún provocada por la propia campaña, puede ser que tenga menos impacto sobre el electorado, pero, de nueva vuelta, es una operación de alto riesgo.

En conclusión, para afrontar una crisis en campaña, conviene considerar lo siguiente:

La verdad siempre será la mejor arma para afrontar una crisis. Ahora, la verdad pudiera tener distintas dimensiones, por lo cual, la campaña tendrá que tomar la decisión de qué tan grande o pequeña es la verdad. Estamos hablando de la verdad, bajo ningún motivo, hablamos de mentir.

La rapidez de respuesta ante una crisis es primordial. Como lo describimos anteriormente, las crisis tienen distintos escalones y cuanto más se tarde en responder, más grande podría ser la crisis.

Generalmente se logra minimizar o frenar las crisis cuando las respuestas vienen acompañadas con hechos. Es decir, no son palabras que se las pueda llevar el viento, son acciones o acontecimientos pasados o presentes irrefutables.

Pero lo más importante, es poder tener a un pequeño equipo de personas con la capacidad de pensar estratégicamente capaz no solo de prever las posibles crisis sino de tener las respuestas rápidas y contundentes.

Imagen: https://www.vivus.es/

El autor