Investigación ¿gasto o inversión?
Por: @OrlandoGoncal
¿Cómo ganar las elecciones? Se interrogaba el padre de la consultoría política, Joseph Napolitan. En su libro se respondía: “Hay una sola razón para contratar encuestas políticas: ayudar a que el candidato gane la elección. Si una encuesta no hace eso, no sirve de nada contratarla”.
Considero que las herramientas de investigación social son elementos de vital importancia a la hora de desarrollar una estrategia electoral ganadora. Sin embargo, a muchos candidatos les cuesta hacer inversión en investigación, algunos prefieren arriesgarse y confiar en su olfato, otros en las artimañas o en el soborno al electorado.
La investigación social es en política lo que los exámenes de laboratorio son a la medicina. Un galeno podrá tener alto grado de certidumbre sobre el diagnostico de un paciente, pero no corre riesgos y busca una comprobación científica para estar 100% seguro.
En política los dirigentes menosprecian la herramienta de la investigación, primero porque presumen adivinar “lo que el pueblo quiere” y, en segundo porque consideran que “es muy costoso” sin percatarse que la campaña más cara es la que se pierde.
En política hay muchas herramientas que podemos utilizar, no necesariamente se deben usar todas, dependerá del tamaño de la campaña. No es lo mismo la campaña presidencial de México o Brasil, a una campaña a senador, representante, diputado, alcalde o gobernador en Colombia. Son campañas distintas, que requieren distintas estrategias y diversidad de herramientas de investigación.
En algunas regiones -fundamentalmente en Latino América y África- desarrollan campañas en función del olfato del candidato. ¿Logran tener éxito? Probablemente sí. Pero, cuando las campañas no cuentan con investigación puede ganar cualquiera, en especial quien tenga el olfato más afinado, o quien cometa menos errores, o el que mejor aproveche los errores de su contrincante. Es por eso que en vez de centrarse en el ciudadano y en la estrategia de su campaña, le tiene que dedicar toda la atención a la campaña del opositor, para tratar de sacar tajada hasta de la vida privada y familiar del oponente. En todo caso, es una ruleta rusa, donde el resultado final será siempre una incertidumbre.
Por otra parte, no basta con tener una parte de los elementos, si la campaña quiere tener éxito en alcanzar sus objetivos tendrá que contar no solo con la investigación, también requiere una excelente estrategia, comunicación, finanzas, organización, y buen tino en la selección del recurso humano.
La Investigación no solo ayudará a tener claridad sobre los anhelos, sueños y preocupaciones del electorado, también arrojará información sobre la imagen del candidato y sus adversarios, además, la profundidad de estas imágenes. Igualmente, la percepción del electorado sobre los partidos o movimientos políticos, la identificación con el elector, qué tan cerca o lejos están los electores; arrojará datos sobre la intención de voto y qué tan sólida es la misma.
Adicionalmente aproxima a las expectativas del elector, a entender el entorno social, económico y político de ese momento histórico concreto, también dirá qué tipo de electores tenemos, cómo son sus costumbres y hábitos. Aportará información sobre cómo el elector visualiza su futuro, permitiendo categorizar no solo de acuerdo a sexo, edad, nivel socio económico o educativo, sino que permitiste ir mucho más allá e identificar quienes están más cerca o lejos de nuestras propuestas; quienes, a pesar de mostrarse indiferentes, podremos acercarlos a nuestra posición, y quienes definitivamente, jamás estarán con nosotros.
La investigación también ayudará a definir cuáles son los canales y medios más efectivos y eficientes para transmitir el mensaje, permitiendo la priorización sobre la inversión en medios y publicidad. Más aún, la investigación contribuye a construir un mensaje que haga que el elector se sienta identificado con nuestra propuesta. Igualmente, ayuda a descifrar cuales son las señales a emitir para despertar el interés y generar en el elector la respuesta deseada. Además, da señales de cuáles son sus emociones e intereses, y, si sus respuestas son obvias y directas, o, por el contrario, difíciles de identificar.
En conclusión, es arriesgado afrontar una elección sin tener información proporcionada por los instrumentos de investigación. De hecho, es hasta irresponsable, pues se estaría “improvisando y aplicando cualquier ocurrencia” por lo tanto, se estaría poniendo en riesgo el proyecto político del candidato, y como si fuera poco, menospreciando la inteligencia del ciudadano.
Es más, si en algún momento la investigación ha tomado mayor relevancia es en esto tiempos convulsos, donde el mundo, producto de la pandemia se llenó de incertidumbre, donde el ciudadano ha asumido nuevos paradigmas cambiando su visión de vida, y quizás, hasta los valores, por lo que la mejor inversión en una campaña será la investigación, para leer e interpretar todos esos cambios y comprender las nuevas necesidades del elector.