¿Milagro o cuento chino?
Por: @OrlandoGoncal
El covid-19, ha venido a cambiar todo. Al exponer la debilidad, primero, de los seres humanos, luego, de los sistemas de salud, además, de poner en evidencia la fragilidad de la economía global. Lo está alterando todo, el mundo no será el mismo una vez superada esta pandemia.
El equilibrio de poderes en los Estados, y entre naciones, se verá afectado, dando paso al surgimiento de un nuevo orden mundial. Sin embargo, intriga imaginar ¿cómo será ese nuevo orden mundial? Pasamos de un mundo bipolar donde dos potencias –EEUU y la Unión Soviética- copaban la escena mundial después de la II Guerra Mundial, a un mundo multipolar, donde EEUU pierde protagonismo, la Unión Soviética se disuelve, surge la Unión Europea, y en las dos últimas décadas, China, el gigante, con -tasa de crecimiento sorprendente- se transforma en la fábrica del mundo, incidiendo en la geopolítica y la economía mundial. Sin prisa, pero sin pausa, los países desarrollados se fueron desindustrializando, pasando a depender de China. Por poner un ejemplo, cuatro de cada cinco vehículos en el mundo, usan piezas fabricadas en China.
En China, un Estado comunista, gobernado por el partido -comunista chino-, es donde, de acuerdo con información oficial, surge el covid-19 desde el mes de noviembre y, notificó del evento a la OMS hasta el 31 de diciembre pasado, cuando ya constituía una emergencia de salud pública de importancia internacional, violando así el Reglamento Sanitario Internacional RSI, que prescribe el deber de notificar del evento a la OMS, con el objeto de analizar y promover y facilitar el intercambio de información a los países miembros.
Ahora, de repente las noticias de China sobre el virus dejaron de ser protagonistas, y el foco de la atención se centró en los EEUU, España e Italia. ¿Cómo sucedió eso? Veamos algunas cifras que, definitivamente, no cuadran con la narrativa en los medios. Por ejemplo, en la provincia de Hubei, donde se originó el virus, se contabilizaron 67.802 casos y 3.203 muertes, pero, cuando vemos las cifras totales de China, en el resto de su territorio solo fallecieron 123 por el virus. Los números que ha publicado Beijín, la capital de China, son aún más impactantes, pues, habitan más de 21 millones de personas y se han reportado 584 casos y 8 muertes. ¿En serio? O sea, tienen menos casos y fallecidos que Panamá, estando ellos a mil kilómetros del epicentro de la pandemia.
De otro lado, recientemente una publicación de International Business Time, llamó la atención sobre el hecho de que, -21 millones de líneas de teléfonos celulares han sido canceladas, también, unas 840.000 líneas de telefonía fija-, desde el brote del covid-19, en China. Estos números vistos aisladamente, no dicen mucho, pero, la experiencia nos muestra que, el aislamiento físico en la cuarentena, incrementa el uso del celular, por ser el medio de contacto entre las personas. Entonces, ¿Cómo es qué se cancelaron 21 millones de líneas?
Mientras tanto, se inundan las redes y hasta algunos medios tradicionales con fake news, distrayendo la atención y China introduce una nueva narrativa. La Embajada de China en Australia, por ejemplo, envió un correo electrónico a los periodistas locales diciendo: “El origen del virus es desconocido. Podría haber venido de cualquier parte del mundo. China ha sido un modelo en el manejo del tema delicado. Beijing ahora puede aconsejar al mundo cómo hacerlo «.
Paralelamente, China envía “ayuda humanitaria” a distintos países para combatir el virus. Hoy, se conoce que, mucha de esa “ayuda humanitaria” ha sido compras que los países han hecho, pero, ¿cómo es que el primer país con el virus, que se supone lo controló, -aunque las cifras de contagiados y fallecidos no cuadren-, tenía tanto stock para abastecer a otros países? Difícil entenderlo.
Durante siglos los chinos fueron una sociedad adelantada y, todo indica que hoy vuelven para imponerse en el mundo como el país con un sistema que, en tiempo record controló la pandemia, y mágicamente, ahora no solo tienen todo bajo control, sino que ayuda al mundo.
Las cifras, las estadísticas y los giros de la narrativa sobre la pandemia, no cuadran; así que, es válido preguntarse si esto es muestra de eficiencia, un milagro o un cuento chino. Esperemos el desenlace en el transcurso del tiempo, la verdad se sabrá, pues, en el mundo de hoy los secretos son cosas del pasado. La habilidad estará en la capacidad de diferenciar las fake news, de las teorías conspirativas, y de los hechos reales y verificables.
Foto: www.hispanidad.com