ORATORIA POLÍTICA 1
Introducción
Por:@padronpaciano
Vivimos en un mundo cada vez más competitivo, un mundo de triunfadores, de los que logran ubicarse adelante y se ponen a la cabeza del pelotón. Distintos elementos, condiciones, estudio, trabajo y circunstancias influencian el resultado. Sin duda que un elemento determinante es la capacidad de comunicar y comunicarse, de influir, de persuadir. A estos propósitos, la oratoria es fundamental, es la ventaja a su favor, pero si usted no utiliza este instrumento o lo hace deficientemente, puede ser la ventaja para otro en detrimento suyo. Así reza el primer párrafo de la introducción de mi libro “Manual del Orador, para persuadir y disipar el miedo”.
Cicerón define oratoria como el arte de hablar en público, de manera tal, que se persuada a los oyentes, mientras Aristóteles afirma que es la búsqueda de todos los medios de persuasión que tenemos a nuestro alcance. Sin contradecirlos -más bien complementándolos- yo prefiero decir que es el arte de hablar en público con claridad y capacidad de conmover y persuadir. Como se observa, en las tres definiciones la persuasión es el elemento común fundamental, el objetivo de la oratoria. Yo añado lo de “capacidad de conmover”, porque de ordinario conmovemos primero, es decir, tocamos el corazón, y luego persuadimos, entiéndase, llegamos a la razón.
El vocablo persuasión, como se sabe, proviene del latín: “per” y “suasio”. “Per”, “por medio de”, y “suasio”, que bien se puede traducir como “suave y de eficaz convencimiento”, por lo que debe entenderse que la persuasión no es a la fuerza, por la violencia, sino a través de argumentación, palabras y gestos que convencen.
Hay quienes sostienen que oratoria no es persuasión sino disuasión, porque primero disuadimos a nuestros interlocutores -desmontamos los argumentos que los hacen pensar de una determinada manera- y luego entramos con nuestros argumentos en ese cerebro “vacío”. Es decir, disuadimos primero y persuadimos después. Ahora bien, sea conmoción y persuasión, o disuasión y persuasión, al final oratoria es persuasión.
La oratoria que es importante para todos, es vital para algunas profesiones o actividades, particularmente para aquellas que se realiza en comunicación directa con las personas, con el público, clientes, empleados u otras. Un abogado litigante, un maestro, un sacerdote, rabino o pastor, o un político requieren de un buen dominio de la palabra, seguramente que en un grado mayor que el que podría necesitar un biólogo, un veterinario o un ingeniero químico. No obstante, es bueno señalar que, en mucho, el éxito y el liderazgo de uno u otro pasa por una buena comunicación.
Existen diferentes tipos de oratoria, vinculadas estas a las actividades que realiza el hombre, pero todas tienen en común el objetivo de persuadir y las herramientas o técnicas de la comunicación oral. Es así como suele hablarse de oratoria sagrada, gremial y sindical, empresarial, comercial, docente, forense, política y muchas otras, tantas como actividades humanas hay. Lo que diferencia una u otra son pequeñas especificidades propias del objetivo que se persigue. Es así como, por ejemplo, en el ejercicio de la oratoria docente, el maestro será repetitivo en el afán de fijar conceptos en la memoria de sus alumnos, así como acudirá con frecuencia a los ejemplos, lo que constituye una forma pedagógica y fácil de comprender y retener.
La oratoria política es la que tiene lugar a propósito de los aspectos de la vida civil, de los derechos y deberes de los ciudadanos y, por supuesto, con el hecho político, con la lucha por el poder, con la defensa u oposición a un régimen. Ella está íntimamente relacionada con la Oratoria Parlamentaria.
El liderazgo político, en mucho, está vinculado al discurso de los protagonistas. Un orador proactivo, que trasmita pasión, fuerza y verdad, tiene sin duda posibilidad de arrastrar masas, de lograr seguidores. El discurso político es en esencia venta de futuro y esperanza. Más que voltear hacia el pasado o ver el presente, mira el futuro.
La oratoria política que se genera en la plaza pública, en el mitin de calle, suele tener un volumen alto que trasmite emoción. Es un discurso donde priva el corazón sobre el cerebro, la emoción por encima de la razón. De ordinario, en el Parlamento, el discurso político-parlamentario va más a la razón que a la emoción, si bien es muy difícil que estas dos categorías se produzcan puras, sin relación la una con la otra.
En las próximas entregas de esta secuencia de reflexiones, voy a ir abordando las herramientas para la comunicación oral, así como el fondo o contenido del discurso político. ¿Cómo decir lo que quiero decir, y decirlo de manera tal que persuada a los oyentes? Por supuesto enfrentaremos el miedo escénico que acompaña al actor político y a cualquiera que ponga en riesgo su reputación. Seguramente que en buena parte seguiré mi Manual del Orador en esta sucesión de artículos. Hasta la próxima.
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Twitter: @padronpaciano.
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PACIANO PADRÓN es abogado, egresado de la Universidad Central de Venezuela, hizo su postgrado en la Universidad La Sorbona, en París, Francia. Es igualmente historiador de vocación, Miembro de la Sociedad Bolivariana de Venezuela y ha escrito una docena de obras ya publicadas, siendo su último libro “MANUAL DEL ORADOR para persuadir y disipar el miedo”, del cual está en circulación su Quinta Edición (Séptima impresión). Profesor en la Escuela de Derecho de la UCV desde hace ya 45 años y en la de Estudios Políticos de la misma universidad, es Profesor en la Universidad Metropolitana y Profesor Invitado en distintas universidades nacionales y extranjeras. En los últimos años se ha dedicado a la enseñanza de la Comunicación Oral, la Gerencia y el Liderazgo, no sólo a nivel académico, sino en talleres prácticos.
Por 20 años Diputado al Congreso de la República, presidió importantes Comisiones, como la de Política Exterior, durante tres legislaturas, o la de Contraloría, durante un quinquenio completo. Además, fue miembro directivo, durante 10 años, del Parlamento Andino, que reúne la voluntad política de Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela, siendo Presidente del mismo durante 2 años.
Actualmente se encuentra en Miami, donde dicta cursos y talleres de comunicación oral persuasiva, de liderazgo y gerencia, de negociación, así como de debate, en diferentes universidades, empresas e instituciones sociales.