Paraguay es sorprendente. El 90% de la población habla o entiende el guaraní, y 10% solo habla guaraní, la lengua ancestral y, en los 12 años de escuelas que cursan los estudiantes, se les enseña el guaraní.
Pocos países de nuestra América tienen ese privilegio de mantener su lengua originaria.
Por otra parte un país que en los tiempos de la colonia y posterior fue devastado por varia guerras, que llegaron a aniquilar casi el 90% de los hombres. Les toco a las mujeres sacar a su país adelante y, vaya que lo hicieron.
Un país con muchos privilegios de la naturaleza, con unas tierras muy fértiles, de un color rojizo impresionante, abundante agua, un clima privilegiado y para completar, construyeron la hidroeléctrica más productiva del mundo.
Pero no todo podía ser maravilloso. Lamentablemente el cáncer de una dictadura de 35 años, sumado a la corrupción gubernamental, ha hecho que ese maravilloso país, tenga terribles desigualdades.
Por ejemplo, para en 2001 la cifra de la población en situación de pobreza ascendía a 61%, para 2010 registró un 54% de la población y en el 2014 se ubicó en el 22,57%, lo que significa que aún 1.500.000 de personas sigue en la pobreza y de ellas 500.000 en pobreza extrema, fundamentalmente en el área rural.
Su tasa de desempleo es ubico el año pasado en algo más de 5% y la de subocupación casi en 20%
Lo sorprendente de estas cifras, es que Paraguay es uno de los principales productores mundiales de alimentos. Si bien es una economía pequeña en la región, su economía se sustenta fundamentalmente en las exportaciones de soya (soja), carne vacuna y cereales.
Buena parte de la raíz de todos estas contradicciones de las tierras Guaraníes, puede estar en dos hechos, uno el cáncer de la corrupción y otro, que el Paraguay requiere una reforma constitucional (a pesar que la actual constitución solo tiene 22 años) que se adapte a los nuevos tiempos.
Cuando en el 2013, Horacio Cartes, un empresario exitoso, que jamás había votado, logra ganar la presidencia, las expectativas de cambios fueron enormes. En ese momento, con altos niveles de popularidad y con mayoría en ambas cámaras legislativas, quizás de haberse planteado una reforma constitucional hubiese tenido éxito, sin embargo, no se hizo.
La gran expectativa que se generó con Cartes, poco a poco se fue diluyendo, pues tuvo que enfrentarse a un estado totalmente desorganizado y hasta anárquico después de 3 años de gobierno de Fernando Lugo, quien fue destituido y de dos años de Federico Franco que, como vicepresidente, asumió la presidencia.
Así que el presidente Cartes, a pesar de todo su entusiasmo, tuvo que enfrentarse a poner orden en casa, a buscar recursos, a combatir la corrupción, y muchos de los proyectos que había ofrecido en campaña, se vieron retrasados.
Si bien es cierto que aumento, hasta donde pudo, algunos programas sociales de ayuda directa a los más necesitados, e inicio un programa de construcción de viviendas populares, estos han venido perdiendo protagonismo y hasta impacto en la sociedad.
El foco central del discurso de Cartes en campaña, era la generación de empleos y reducir las terribles desigualdades del país. Si bien hay avances, es mucho lo que un falta por hacer, y con el retraso en el arranque de proyectos de infraestructura y las asociaciones público privadas, producto del desorden encontrado en las cuentas y estructura del estado, y sumado a que, a los pocos meses, parte de la bancada colorada (el partido Colorado, fue quien le postulo), le da la espalda, pues le ha complicado mucho el despegue de grandes proyectos que tendrían impactos positivos para la población guaraní.
Al cumplir 3 años de gobierno, hoy sus niveles de aprobación de su gestión según las últimas encuestas publicadas en los diarios locales, están por el orden del 23% y la desaprobación supera el 70%, sin embrago con este escenario, el presidente asoma la posibilidad de solicitar una enmienda constitucional, que le permita optar a la reelección.
A primera vista, se ve cuesta arriba, entre la fragmentación que tiene en su propio partido y sus bajos niveles de aprobación, pero si se observa el panorama completo, es posible que Cartes, tenga la posibilidad de lograrla y hasta de reelegirse.
¿Cómo es posible? En primer lugar el principal partido de oposición, el Partido Liberal acaba de salir de un proceso de elecciones internas que lo dejo muy fracturado y dividido, así que su bancada en ambas cámaras también lo está, y con las habilidades de negociación del presidente, podría obtener algunos votos para su proyecto de enmienda.
Por otra parte, el ex presidente Nicanor Duarte (Partido Colorado) y el ex presidente Fernando Lugo (Frente Guasú, alianza de partidos de izquierda, entre los que esta Patria Querida) también han manifestado sus aspiraciones a la reelección, con lo cual ya hay tres jugadores en la cancha: Cartes, Duarte y Lugo.
Si bien el Frente Guasú, ha dicho que no acompaña el proyecto de enmienda, no es menos cierto que no son una unidad monolítica y algunos diputados y senadores que respaldan a Lugo, podrían no acatar la línea partidista, con lo cual el presidente Cartes podría sumar los votos de la mayoría de su propio partido más los disidentes del Partido Liberal y los del Frente Guasú y obtener la los votos requeridos para la aprobación de la enmienda constitucional que le permitiría optar a la reelección.
Ahora, esta es la primera parte del juego. Después vendrá la campaña electoral propiamente dicha, el segundo tiempo del juego.
El presidente Cartes, apostará todas sus cartas a impulsar casi con frenesí, los proyectos que hasta ahora no han arrancados, se lanzara a la calle a hacer campaña y seguramente hará algunas acciones para que sus adversarios se mantengan divididos, como lo están hoy, afinará, aceitará y pondrá a tono la maquinaria colorada (Gobernadores, Alcaldes y dirigentes y militantes) y probablemente logre su objetivo de reelegirse, aunque lo haga con un porcentaje menor de votos a los que logro en 2013.
Todo esto es visto al día de hoy, por supuesto no está escrito sobre piedra, pero de mantenerse los escenarios anteriormente descritos, Cartes pudiera ser reelecto.
Políticamente, pareciera que la enmienda constitucional es factible. Legalmente hay voces que plantean dudas. Pero esto es política y se juega el poder, así que muy probablemente se impondrá lo político sobre lo legal.
El pueblo paraguayo, los guerreros guaraníes, se merecen un país desarrollado, con menos desigualdad a la que hoy padecen, y esperemos que estos vaivenes de la política no entorpezcan el camino que iniciaron hacia la prosperidad y la justicia social. Esperemos que los equilibrios democráticos no se rompan y la gobernabilidad reine para beneficio de todos.
Amanecerá y veremos.