Estados (Des) Unidos. Errores y aciertos de las dos campañas Parte II de III

Las recientes elecciones en los EEUU nos dejan algunas enseñanzas y sobre todo mucho en que pensar sobre las campañas modernas.

Comencemos por la campaña de Hillary Clinton.

Tuvo una dura batalla en las elecciones internas (primarias) y, con cierta dificultad logra imponerse ante sus competidores internos, en especial ante Bernie Sanders, quien logro movilizar a grandes masas de Millennials, a los que sedujo con su discurso ambientalista y anti sistema capitalista.

Superada esa etapa, Clinton se enfoca en una campaña absolutamente clásica, muy a su estilo, pues, era la más digna representante del establishment político.

Dentro de su estrategia estaba hacer contraste con su oponente, buscando con ello resaltar que ella era la candidata preparada, con experiencia, con las relaciones en todo el mundo y que eso la hacía mejor candidata que Trump, quien  era un cuestionable empresario, con un pasado oscuro, y sin experiencia en el manejo del poder.

Adicionalmente, su gran apuesta fue sobre los segmentos poblacionales  hispanos, afros americanos, las minorías étnicas, y grupos como las comunidades LGTBI, entre otros.

Se presentó como la candidata incluyente, que creía en los jóvenes, que les apoyaba. Apostó por despertar el interés de las mujeres.

Hasta aquí, todo se ve bien, una campaña clásica que buscaba llegar a todos los segmentos de la población.

Ahora, Donald Trump se presenta como un candidato irreverente que insulta e irrespeta a sus adversarios, agrede a los hispanos y en especial a los inmigrantes, ofende a los musulmanes, en fin, la antítesis de cualquier candidato.

La verdad es que Trump, siguió el manual clásico de campaña que reza: “Desarrolla tu estrategia, crea un mensaje poderoso que refleje tu estrategia y apégate a ello, no la cambies, mantente hasta el final” y, exactamente eso hizo.

Su objetivo fue claro, le hablaba a la gran mayoría blanca de los EEUU; a los que en su generalidad tiene bajo nivel de estudios, bajo novel cultural y económico; le habló a los no beneficiados con la globalización, a los que su calidad de vida a desmejorado y tradicionalmente se abstenían a la hora de votar.

Se presentó como uno de ellos, trasmitiéndoles que trabajó duro y logró el sueño americano, pero que no está contento con el país que hoy tienen, que se ha llenado de inmigrantes que le roban oportunidades a los americanos.

Digamos que a grandes rasgos estos fueron los ejes centrales de las campañas. Ahora veamos algunos aciertos y errores, de cada uno.

Aciertos:

Hillary Clinton                                                     

  • Campaña Integradora (todos los segmentos poblacionales)
  • Discurso coherente. Políticamente correcto.
  • Contrastar con el adversario.
  • Resaltar experiencia política.
  • Uso de activos (Bill Clinton, Barack y Michelle Obama).
  • Propuestas concretas y bien estructuradas.
  • Uso de grandes medios nacionales.

Errores:

  • Propuestas muy bien articuladas, pero mal comunicadas.
  • Discurso monótono. Sin emoción.
  • Dirigirse a un target específico y olvidado. Los americanos blancos.
  • Uso ineficiente de medios alternativos.
  • Poco uso de grandes activos (Bill Clinton, Barack y Michelle Obama).
  • Poco uso su candidato a Vicepresidente Tim Kaine
  • Exceso de confianza en la estructura Partido.

Donald Trump

Aciertos:

  • Discurso de anti política.
  • Políticamente incorrecto.
  • Contrastar con el adversario.
  • Centrar toda la campaña entorno a su figura.
  • Mensaje claro, sencillo, directo, muy emocional y como sujeto del mensaje siempre estuvo el elector.
  • Uso de la emoción más fuerte, el miedo.
  • Uso eficiente de medios alternativos (Redes Sociales)
  • Uso de medios locales.
  • Operación Quirúrgica en estados claves (explicado en el artículo anterior “Extrañas coincidencias”)

Errores:

  • Demasiadas propuestas.
  • Lenguaje ofensivo.
  • Mencionar en exceso a su oponente.
  • Propuestas poco claras
  • Distanciamiento de líderes del Partido Republicano.

Conclusiones.

En definitiva, Trump ha conseguido movilizar a los electores blancos por tres factores: el temor al inmigrante, al terrorismo o perder el país.

Trump logra ganar la Florida por las medidas que toma Obama con respecto a Cuba, haciendo que los cubanos americanos le votaran masivamente.

Los hispanos no son la fuerza que se esperaba. De hecho 40% de ellos no salieron a votar.

Hillary pierde muchos votos en el segmento afro americano y, los niveles de votación de ese segmento llego a mínimos históricos. Este segmento quizás no se sintió representado por Clinton, y las pocas intervenciones de Obama en la campaña no fueron suficientes para convencerlos. Nuevamente, el liderazgo no es endosable.

Trump al gastar menos de la mitad ($307 millones) de lo que gasto Clinton ($ 687 millones), demostró que en campaña, no todo es el dinero.

Hillary Clinton solo obtuvo el 54% del voto de la mujer, con lo cual se vuelve a reafirmar que, mujer no vota por mujer. Este fenómeno se ha visto en varias oportunidades, en distintos países, siendo un comportamiento sobre el que hay que estudiar a fondo.

Las encuestas no lograron detectar el voto “vergonzoso” ni supieron determinar dónde estaba y en qué cantidad, por ello erraron en sus predicciones.

El uso de medios locales fueron determinante en la campaña de Trump; y la inversión que hicieran en éstos medios, además de dar mejores resultados fue más económica.

Las estructuras partidistas son importantes, pero tener una estructura propia, que sea más fácil de supervisar y controlar, puede llegar a ser más eficientes.

Por último y, no menos importante, la sumatoria de los votos de ambos candidatos ha sido inferior a la obtenida en el 2012 en la contienda Obama – Romney. Este hecho debe llamarnos la atención y en la siguiente entrega lo abordaremos.



		

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