Panamá, 26 días y contando
Hay dos elementos que siempre han estado presentes en la comunicación política. Sorprendentemente muchas campañas no le prestan la debida atención. Una de ellas es la capacidad de pensar estratégicamente, y, la otra es el ciudadano; es decir, el elector, quien en definitiva es el que tiene el poder de decisión, el poder del voto. También hay que decir, que ambos han cambiado con el transcurso del tiempo.
Pensar estratégicamente hoy tiene muchos más elementos y herramientas que en el pasado. Lo mismo ocurre con el elector. Hoy el ciudadano está más informado, tiene más canales para recibir la información. También sus necesidades, aspiraciones y miedos son otros.
Ahora bien, esa capacidad de pensar estratégicamente tiene mucho que ver con enfocarse en los elementos claves que nos ayudan a desarrollar esa capacidad, pues, en buena medida, de ello va a depender que se pueda producir una estrategia exitosa, y ésta no es más que un plan de acción diseñado para alcanzar una meta particular.
Ralph Murphine, un muy experimentado consultor político, en su libro “Ideas en la comunicación política moderna”, ejemplifica el proceso multidimensional de manera magistral, haciendo el comparativo con un diamante y, esto nos dice: “A menudo he usado como representación concreta de cómo debe verse la estrategia, si se pudiera ver, el ejemplo de un diamante. El diamante es una joya de múltiples facetas, que cambia de color, de forma, de tamaño, de reflectividad y brillantez a medida que uno lo examina”. [1] Agrega además “la estrategia de campaña política es también polifacética y multidimensional”.
En el caso específico de Panamá, pocas campañas han acertado en la estrategia. Y las encuestas –aunque, cuestionadas por muchos- nos dan algunas pistas de qué campañas han tenido éxito en su objetivo.
La campaña de Nito Cortizo, -hasta ahora, y si no comenten ningún error- logrará ganar la elección y posiblemente obtendrá la mayor bancada en la Asamblea Nacional. Una estrategia simple, un discurso light, un buen trabajo hacia lo interno del partido, una maquinaria territorial amplia, entrenada y hambrienta de triunfo; son los elementos que trabajando sincronizadamente, le pueden estar dando el triunfo.
Esta campaña, no ha hecho nada más allá de lo indispensable para ganar, y no necesitan hacerlo, pues, su posicionamiento y su trabajo viene de mucho tiempo antes de la campaña. Ellos entendieron que, el tiempo jugaba a su favor y trabajaron con mucha antelación.
La campaña de Rómulo Roux ha sido errática, cambiante y luce estancada. Uno de sus grandes activos, la figura de Ricardo Martinelli, producto del manejo mediático que le han dado a su caso judicial, terminará no siendo tan relevante como lo pensaron meses atrás, por lo tanto, su aporte a Roux será menor del estimado. Adicionalmente, muchos candidatos a diputados y alcaldes, entraron en la fase de “sálvese quien pueda”, y eso, es quizás, el mayor daño a esa campaña.
José Blandón, arrastra el peso y la carga del desprestigio y mala evaluación que el electorado tiene sobre el gobierno del presidente Varela. Sin embargo, la campaña logró definir una estrategia, tiene sus objetivos claros, y, aunque no se vea a primera vista, los va a lograr. Su elección no es ésta, así que hay que mirar mucho más allá del 5 de mayo, para comprender para dónde va esa campaña.
Ricardo Lombana, quien funge como candidato independiente, con un discurso claro, directo, en ocasiones irreverente; ha sido sorpresa para muchos y definitivamente obtendrá una buena votación, pero no le alcanzará para llegar a Las Garzas. El voto de opinión en Panamá tiene segmentos específicos, y, aún no son lo suficientemente poderosos para lograr una victoria. Sin embargo, si logrará que los partidos tradicionales deban revisarse hacia el futuro si quieren subsistir.
Conclusión uno, muchos candidatos a diputados, alcaldes y representantes, aprenderán –por vía de la derrota- que las campañas electorales son procesos complejos, y pensar estratégicamente no es un proceso fácil. Aquí la suerte y los deseos no cuentan.
Conclusión dos, Panamá hará un giro dentro del estatus quo, pero girará. Los retos que enfrentará el nuevo gobierno son enormes y más vale que tengan claridad en lo que les toca hacer y hacerlo bien desde el día uno, o, así como los eligieron, rápidamente perderán el respaldo popular y con ello, nuevamente, la democracia sufrirá.
Conclusión tres, por fortuna, hay una camada de jóvenes que, más allá de sus diferencias partidistas, están observando, aprendiendo y preparándose para saltar a la arena política del país, y son ellos, los que harán grandes cambios, transformando a Panamá en el pequeño gigante que puede llegar a ser, y será.
[1] Ideas en la comunicación policía moderna. Ralph Murphine. Pag. 65, El Errante Editor SA de CV, México.