Conexión a tierra.
Por: @OrlandoGoncal
De las cosas importantes en una campaña electoral es la capacidad de entender la realidad que vive y siente el electorado en su día a día. Esa comprensión posibilita al candidato tener mayor conexión a tierra que le permita enfocarse en los problemas de la vida cotidiana de los ciudadanos, proceso que le suministrará información suficiente para generar las estrategias y herramientas que, como futuro gobernante necesitará para la solución de los problemas a la población.
Como reiteradamente hemos afirmado, muchos de los candidatos parecen olvidar que las campañas electorales no se tratan de ellos, sino de los problemas, anhelos, angustias y aspiraciones de los electores; y tienden a centrar buena parte de su comunicación y mensajes en los hechos políticos, pensando que eso es importante y fundamental para el proceso electoral y para el ciudadano.
En ocasiones, los hechos políticos tienen importancia sobre los procesos electorales y el sistema democrático, pero, para efectos de los ciudadanos, quienes en su mayoría rechazan la política y a los políticos, como lo reflejan los estudios de opinión de los últimos años, no lo son; razón por lo cual es un error usual de los candidatos dejarse entrampar en las discusiones políticas y alejarse de lo que realmente importante y estratégico, conseguir y mantener la conexión con los electores.
Con el pasar de los años la capacidad de las democracias para dar respuesta a los ciudadanos ha venido disminuyendo, y en contraposición los problemas de la población vienen en aumento, motivo por lo cual -entre muchos otros- los electores se alejan de la política; y, si a lo anterior se le agrega que los discursos y mensajes de los candidatos se enfocan en las diatribas políticas pues ellos mismos se están auto alejando de la gente.
Este desenfoque de los candidatos usualmente se presenta por razones variadas, todas evitables; pero, los viejos vicios de la política muchas veces logran imponerse, provocando que tanto el candidato como la campaña en sí, se equivoquen. La primera causa tiende a ser el exacerbado ego de algunos candidatos, quienes piensan que la campaña se trata y se centra en ellos, o bien consideran que, lo que es importante para ellos lo es para los ciudadanos. Y esta es una ecuación casi siempre equivocada, en especial cuando no se cuenta con un análisis de la realidad del elector.
La segunda de las fuentes que originan esta disociación con los electores es la falta de un proceso de investigación serio, amplio; que arroje información suficiente, bajo métodos científicos comprobados que permitan tanto a los candidatos como a las campañas estar conectados con los sentimientos y emociones de los ciudadanos. Con esto no solo se logra generar esa conexión empática con el ciudadano, sino, además, ser asertivos en los planteamientos de propuestas que vayan estrechamente ligadas a los anhelos y preocupaciones de la población. De paso, el resultado es exactamente lo que cualquier líder desea dejar de recordación en el colectivo social, permitiéndole dejar la impronta de su “legado” para que permanezca en el ideario social.
Otro elemento que puede contribuir con esa inconexión es la equivocada interpretación de los resultados de la investigación, si es que esta está bien hecha, o el sesgo que sobre los resultados hagan los equipos de campaña, con lo cual, el problema se vuelve mayor, puesto que, tanto el candidato como la campaña piensan que están sobre la línea correcta y quizás van en contra vía a lo que está pensando y sintiendo el electorado.
Adicional a lo anterior, los candidatos muchas veces se ven influenciados por sus círculos cercanos, quienes quizás, con buena intención tratan de influir en la construcción del mensaje del candidato, basados en sus experiencias y vivencias personales, las cuales pueden no estar en sintonía con la de los ciudadanos.
La comunicación política moderna ofrece muchas herramientas que permiten tanto a los candidatos como a las campañas, no solo estar en conexión permanente con lo que está sucediendo en la mente y el corazón de los electores, sino que le ayuda a construir el camino más directo y eficiente para conectar con ellos y moverlos hacia la posición del candidato, generando el respaldo que requiere todo líder, con convicción y conexión.
Es un trabajo de filigrana que permite, con el tiempo suficiente, persuadir al elector para que por él mismo tome la decisión de respaldar determinado programa de un candidato. Inducción que se le facilita al elector el proceso de toma de decisión y llegando por sus propios medios a la convicción de cual candidato y propuesta es la que más le conviene.
Las herramientas están allí, disponibles para quienes quieren construir liderazgos que impacte, que transformen vidas, sociedades y países, por lo que solo se requiere de la voluntad política de romper paradigmas, hacer las cosas bien y tener una conexión permanente a tierra.
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