Liderazgos ecpáticos. Video columna #26

Liderazgos ecpáticos.

Por: @OrlandoGoncal

Pasan los días, las semanas, los meses y, seguimos con mucha incertidumbre ante la pandemia del covid-19. Las razones son sencillas:

Primero, aún, no hay una vacuna. Segundo, si existiera la vacuna, la capacidad para producirla no llega a 3.000 millones de dosis al año; por lo cual, se requiere, más de dos años, para vacunar a toda la población del planeta. Tercero, la burbuja y fantasía en la que se envuelven muchos de los gobiernos. Cuarto, la falta de coherencia entre el discurso y las acciones de los gobernantes. Y, por último, la ecpatía o falta de empatía, de muchos de nuestros gobernantes en su actuar diario.

Ahora, centraremos en esto último, la “ecpatía”. Es un concepto desarrollado por el psiquiatra español José Luis González de Rivera y Revuelta, quien lo define como “…, un proceso mental voluntario, de /percepción y exclusión/ de sentimientos, actitudes, pensamientos y motivaciones, inducidas por otro”, o sea, es lo contrario de la empatía.

Cuando vemos a líderes, como Donald Trump, Jair Bolsonaro, o Andrés Manuel López Obrador, actuar de manera laxa ante la pandemia, -ignorando- las recomendaciones de científicos y expertos en el tema; es claro que, lo hacen por conveniencia y cálculos políticos, personales; con lo cual, ratifican su capacidad de excluir sentimientos, actitudes, pensamientos y motivaciones inducidas por lo que están viviendo sus ciudadanos, es decir, son liderazgos ecpáticos.

Ahora, lamentablemente, no son solo ellos, hay otros mandatarios que se han enfrascado en dar prioridad al tema de las “economías”. La mayoría de sus acciones van enfocadas a ofrecer recursos y beneficios a los grandes capitales, haciendo esfuerzos por tratar de abrir sectores productivos, con la finalidad de “reactivar la economía”. Mientras hacen esto, el número de contagios y fallecidos, continúa en ascenso y, las unidades de cuidado intensivo, van copando su máxima capacidad. Pero, los gurús siguen sin detenerse, pese a que, vamos a cumplir 180 días en la incertidumbre; donde, millones de ciudadanos han pasado a engrosar las filas del desempleo, otros, más de la mitad, de la fuerza laboral, esta sub empleada, o en la informalidad.

Mientras tanto, varios gobiernos se han negado a discutir la posibilidad de otorgar lo que llaman, -renta básica universal-, para que, sus ciudadanos puedan subsistir, mientras se sale de la crisis. Esto, definitivamente los hace, liderazgos ecpáticos, carentes de la sensibilidad que les permita entender y comprender lo que la mayoría de los ciudadanos, de sus países, están sintiendo y viviendo.

Más grave aún, existen algunos líderes, y sus equipos, quienes, con la excusa de la “emergencia por la pandemia” han cometido -actos de corrupción-, con las compras de insumos médicos. Es más, han despedido personal sanitario, o no les han dotado de los implementos de bio-seguridad, para el desempeño de su labor con la debida protección. Estos liderazgos, definitivamente, entran en una categoría superior a la de “ecpáticos”; es una nueva categoría -en desarrollo-, y seguramente, en el transcurrir de esta pandemia, los lingüistas encontrarán un calificativo que la identifique adecuadamente.

La pandemia está reclamando liderazgos empáticos, que tengan la capacidad de ponerse en los zapatos del ciudadano, sentir y vivir lo que ellos viven. Liderazgos más comunicativos, que estén en constante diálogo con la comunidad, que les permita a estos, sentir que sus líderes están ahí, a su lado, para cruzar juntos la realidad que venga.

En general, liderazgos más colaborativos, líderes que, entiendan que deben escuchar a los expertos en cada tema, para que, con la mejor información disponible, puedan tomar decisiones políticas y administrativas que beneficien a los ciudadanos. Liderazgos incluyentes, que tengan capacidad de unir en torno al bien común, superando y dejando de lado las diferencias, los intereses y las diatribas políticas.

En conclusión, esta pandemia ha sobreexpuesto las debilidades de los sistemas de salud, educación, justicia, trabajo, pasando por la equidad social, la garantía de los derechos humanos; y por supuesto, el evidente debilitamiento de las democracias. Debilidades que, cada día, se hacen más evidentes, y más cuestionadas por el ciudadano. Razones que llevará a los nuevos liderazgos a redefinir muchos conceptos, planes, y proyectos; y, seguramente, tendrán que, enfocarse en un nuevo Estado de Bienestar, que, provea servicios en cumplimiento de los derechos sociales a la mayoría de los habitantes. Así que, la salud, la educación, el agua, la cultura, y sin duda, ahora el internet, deberán estar en el centro de ese debate.

Los nuevos liderazgos están entre la población, y seguramente, la pandemia hará que surjan y tomen las riendas de las sociedades, para la construcción de un mundo más justo, solidario, equitativo y democrático.

Desde la comunicación política, también debemos andar más empáticos, y menos ecpáticos, con la reconstrucción social; es nuestro deber seguir aportando el granito de arena, para la concientización del ciudadano, y la formación de los nuevos líderes, transformadores del nuevo mundo que nos espera.

Foto: https://www.incae.edu/

El autor