Se impuso el cambio en la República Dominicana
Por: @OrlandoGoncal
Este fue el primer país en la región en celebrar elecciones en plena pandemia. Elecciones originalmente previstas para el mes de mayo, fueron pospuestas para el 5 de julio, fecha en la que el pueblo dominicano de manera cívica se expresó en las urnas.
De estas elecciones resultó electo Luis Abinader del Partido Revolucionario Moderno -PRM- quien logró obtener el 52% de los votos emitidos con lo cual no hubo necesidad de ir a una segunda vuelta y ahora deberá afrontar enormes retos a partir del 16 de agosto cuando será la toma de posesión.
El primer reto es entender de dónde vinieron sus votos, tener claridad en cuál es su base, la que le dará soporte popular. Para ello debemos entender que, en los últimos 24 años, 20 de ellos el país fue gobernado por el Partido de la Liberación Dominicana -PLD-, y evidentemente esto generó un desgaste de este partido. Uno de los puntos de inflexión fue cuando en el 2017 la sociedad organizó la llamada marcha verde, que consistió una serie de protestas de la población contra hechos de corrupción y las altas tasas de impunidad frente a estos hechos.
Este movimiento después de sus inicios, comenzó a asumir posiciones más políticas lo que lo fue alejando de sus raíces, conllevando a una pérdida de su capacidad de convocatoria, sin embargo, el sentimiento de que el país debía hacer un giro y tomar otro rumbo quedó instalado entre buena parte de la población. Paralelamente el partido de gobierno se enfrascó en una discusión si se debería hacer una reforma constitucional que le permitiera al presidente Danilo Medina postularse para un tercer período, la cual se extendió por meses hasta que finalmente se impuso la sensatez y no avanzaron con la reforma, pero producto de esta discusión –y otros elementos adicionales- el sentimiento de cambio evolucionó a “se van” en referencia a que el partido de gobierno tenía que irse del poder.
Aquí es donde entonces el nuevo gobernante debe tener claridad en de donde vinieron los votos que lo eligieron. Sin dudas, un porcentaje de los ciudadanos votaron por Luis Abinader, por distintos motivos, pero lo seleccionaron a él, otro porcentaje votó por el cambio y para esos electores, Abinader encarnaba el cambio, el tercer porcentaje votó por el “se van” es decir, votaron por Abinader porque era la mejor opción para sacar al PLD del poder. Este grupo de electores si bien le votaron a Abinader, no necesariamente le apoyarán, será un grupo que estará a la expectativa de que se cumpla el tan anhelado cambio que desean.
El último grupo que debemos mencionar, y que sin dudas contribuyó para la victoria del PRM es el más de 1.3 millones de dominicanos que votaron en 2016 por el PLD y ahora se abstuvieron. Es decir, de las elecciones de 2016 a estas, el PLD sufrió una merma de más del 25% de votos. En los procesos electorales, no solo cuentan quienes votan, los que se abstienen, pueden hacer una diferencia.
La otra cifra que hay que ver con atención es la del porcentaje efectivo de votos obtenidos sobre el total de electores del país. Por Abinader votó el 29% del total de electores, con lo cual dos terceras partes del país no le votaron. Esto no es un dato menor y tener conciencia de ello, le será de gran ayuda, pues desde el día uno de su gestión tendrá que tratar de conquistar, con los hechos, a una porción importante de los ciudadanos dominicanos si quiere mantener una amplia base de respaldo popular.
El mandato que recibió el presidente electo es amplio y claro, pues obtuvo mayoría en las cámaras legislativas, pero deberán asumir su mandato en medio de la crisis del covid-19, seguramente con un presupuesto menguado por la paralización de la economía, con un sistema de salud colapsado y casi sobrepasado en su capacidad de atendimiento y un sistema de justicia que además de politizado, para la población es ineficiente.
Menudo reto el que tiene por delante el presidente electo Abinader, sin embargo, ha comenzado con buen pie, pues ha comenzado a nombrar su gabinete y a integrarlo al proceso de transición para que no haya pérdidas de tiempo. Sus primeras acciones nos dirán si el cambio es positivo y cuál será el nuevo rumbo del país. Por el bien de los dominicanos esperamos que sea el del bienestar, la paz, y la construcción de un país más justo y solidario.