Nadie sabe lo que tiene, hasta que lo pierde.
Por: @OrlandoGoncal.
Los refranes populares son esas expresiones llenas de sabiduría que, por lo general, además de tener la razón, dejan enseñanzas. Siendo éste el último artículo del 2018, el refrán como título de esta columna, viene como anillo al dedo.
El estudio de Latinobarómetro de este año demuestra que, en términos generales, la democracia en Latinoamérica viene perdiendo apoyo. Preocupante que, cuando se pregunta a la gente, si prefiere un sistema democrático, autoritario, o le es indiferente, este último es el que más crece. De hecho, a 28% de los ciudadanos confiesa preferir un sistema autoritario y, al 15% les es indiferente. Es decir, para más de cuatro de cada 10 ciudadanos el sistema democrático no le importa.
Para reforzar lo anterior, el respaldo a la democracia sólo se disparó de manera exponencial en dos países que no tienen gobiernos democráticos, (Venezuela y Nicaragua) ¿Será coincidencia?
Nadie sabe lo que tiene, hasta que lo pierde.
Al parecer, los partidos tradicionales están en vías de extinción, dando paso al surgimiento de outsiders como Trump, Bolsonaro o López Obrador y otros. Si bien son personajes que se formaron en el sistema, interpretando el malestar de los ciudadanos se montan en un discurso anti sistema, posando de diferentes, atacando las formas tradicionales de hacer política, fenómenos que han degenerado en incremento de la corrupción, clientelismo y sectarismo, haciendo daño no sólo a las democracias, sino, polarizando e incrementado la desigualdad social de manera preocupante.
El futuro de los partidos políticos se torna incierto. De continuar la clase política hablando y actuando sobre temas que no son de beneficio al ciudadano, centrando el discurso en los intereses grupales o personales, además de no resolver los problemas de la gente, se distanciarán cada día más del ciudadano; a su vez, la sociedad ignorará, con mayor razón, a la clase política, facilitando el surgimiento de la anti política y los anti sistemas.
Como ciudadanos, como colectividad, tenemos que asumir nuestras responsabilidades, pensar en el desarrollo humano de la sociedad, escuchar el clamor de un pueblo. Los dirigentes (políticos, empresariales, cívicos) deben dar respuestas a las necesidades de la gente, y para ello deberá redefinirse la democracia, hacer que evolucione, para que la gente vuelva a creer en ella.
La gente volverá a creer en ella, en la medida que está le dé respuestas a sus necesidades y le genere oportunidades para progresar con su propio esfuerzo.
Podría especular que estamos en una etapa de resiliencia democrática. Lucha que, por mantenerse lleva a sacar lo peor y lo mejor del ser humano, ejemplos, la realidad de la sociedad en Venezuela y Nicaragua, lo demuestran claramente. También es un llamado claro y fuerte, a que la democracia se redefina, reinvente y evolucione para adaptarse a esta nueva Era, pero, sobre todo, para combatir las desigualdades, la pobreza, cerrar la brecha entre ricos y pobres, generando oportunidades para todos, garantizando el acceso a una mejor calidad de vida.
Así que, el mensaje es «Siempre Democracia», siempre. Aún con sus defectos, sigue siendo el mejor sistema de gobierno, mientras el individuo no descubra una mejor manera de superarlo. Por lo menos, debemos, entre todos, lograr que la democracia evolucione, evitando los ensayos fallidos, los que nos llevan al sacrificio y atraso de las sociedades como Venezuela, Nicaragua y las que se vienen levantando del letargo vivido.
Nadie sabe lo que tiene, hasta que lo pierde. Si bien la democracia, tal como la conocemos, nace a mediados del siglo XIX, junto al sufragio universal, debemos ser agradecidos con lo que tenemos, cuidarlo, estimarlo y respetarlo. No podemos seguir abusando del sistema, así como tampoco es bueno continuar abusando de la Tierra y sus recursos. Cada día es más evidente el daño que le hemos hecho a al globo terráqueo, que ya nos está pasando factura, con desastres naturales cada vez mayores, con más pérdidas materiales y sobre todo de vida humana, vegetal y animal.
Es propicia la época navideña, para que hagamos un alto y reflexionemos, sobre éste y otros temas. Comprendamos que, tenemos la maravillosa oportunidad de cambiar, de mejorar la democracia, de respetar y reparar el daño que le hemos hecho a la humanidad.