Durante 67 años Colombia ha tenido un conflicto armado con consecuencias devastadoras para el país y su población.
Esta guerra ha producido más de 6 millones de desplazados internos, numero solo superado hace poco por Siria, y más de 8 millones de víctimas.
El 22 de junio de este año, las delegaciones del Gobierno Nacional y de las FARC–EP informaron que habían llegado con éxito al Acuerdo para el Cese al Fuego y de Hostilidades Bilateral y Definitivo; la Dejación de las armas; las garantías de seguridad y la lucha contra las organizaciones criminales responsables de homicidios y masacres o que atentan contra defensores de Derechos Humanos, movimientos sociales o movimientos políticos, incluyendo las organizaciones criminales que hayan sido denominadas como sucesoras del paramilitarismo y sus redes de apoyo, y la persecución de las conductas criminales que amenacen la implementación de los acuerdos y la construcción de la paz.
Este quizás era uno de los puntos más complejos de las negociaciones de Paz que se desarrollan en La Habana, y lo que se firmara es el cese al fuego bilateral y la dejación de armas, pues la construcción de la Paz, tomara muchos años y esfuerzos de todos los involucrados en el conflicto.
Esta pauta la ha marcado rápidamente el alcalde de la ciudad de Cali, Maurice Armitage, quien fue secuestrado dos veces por las FARC-EP, que además tiene trabajando en una de sus empresas a uno de sus secuestradores, le pago el abogado para su defensa y le beco a los hijos, mientras el secuestrador estuvo en la cárcel.
Si alguien tiene autoridad para hablar de la Paz es el alcalde Armitage, quien ha declarado con los ojos llenos de lágrimas. “La guerrilla tiene que pedir perdón, pero nosotros también le tenemos que pedir perdón a la guerrilla por haberlos conducido a que estén 60 años dando bala porque tenemos una sociedad injusta, una sociedad que no ha creado las oportunidades, que no ha creado las condiciones para que tengamos un país más justo, menos inequitativo”
Es definitivamente una declaración muy valiente, que le ha traído muchas críticas, pero que reflejan una dramática realidad, y que si de verdad se quiere construir la Paz, pues habrá que hacer el ejercicio del perdón en doble vía.
Es de tal trascendencia lo que se firmara día 23 de junio en La Habana, que estarán presentes: además del presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, y del comandante de las FARC-EP, Timoleón Jiménez, los países garantes del proceso, por Cuba, el Presidente Raúl Castro, y por Noruega, el Canciller, Borge Brende. También estarán en representación de los países acompañantes, la Presidenta de Chile, Michelle Bachelet y de Venezuela, el Presidente Nicolás Maduro.
La ceremonia contará con la presencia, como invitado especial, del Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki-Moon, quien estará acompañado por el Presidente del Consejo de Seguridad y el Presidente de la Asamblea General.
Igualmente asistirá el Presidente de República Dominicana, en calidad de Presidente de la CELAC; el presidente de El Salvador, y los enviados especiales para el proceso de paz de los Estados Unidos y de la Unión Europea.
Es de recordar que este proceso de negociaciones de La Habana, le dio la oportunidad a Cuba de entrar en la dinámica de recomponer las relaciones con los Estados Unidos, y estos a su vez han introducido el tema Venezuela en estas conversaciones.
Así que en Cuba, hay un circo de tres pistas. Las negociaciones Cuba – Estados Unidos van muy adelantadas y ya hay acuerdos y acciones concretas. Las negociaciones Colombia – Farc EP, dan frutos y todo indica que se podrá firmar el acuerdo completo antes de finalizar el año.
El caso de Venezuela, pareciera ser más complejo, y mientras en La Habana se firmaran avances, al mismo tiempo la OEA, debatirá en Washington si se aplica la Carta Interamericana Democrática en Venezuela o no.
Así que, el 23 de junio de 2016, pasara a la historia pues habrá decisiones trascendentes para nuestra América