¿Nacionalidad? Humanidad

¿Nacionalidad? Humanidad

Soy hijo de inmigrantes portugueses.

Nací en un país donde el “portu” –portugueses- eran los que tenían las panaderías o tintorerías; los “turcos” –los que venían de oriente medio- vendía los muebles a crédito; el italiano fabricaba zapatos; los españoles eran comerciantes o conserjes de los edificios;  los colombianos y peruanos, vendían ropa; los haitianos vendían helados; los dominicanos, hacían labores de mantenimiento y músicos; los judíos, comerciaban oro y joyas; los argentinos eran publicistas y así podría seguir nombrando nacionalidades y profesiones.

Adicionalmente, once años de educación primaria y secundaria en dos países, dos continentes, dos idiomas, seis ciudades, en nueve colegios, y luego, vivir en seis países y trabajar en doce.

Hoy, la humanidad afronta problemas globales que requieren soluciones globales. El narcotráfico no lo puede resolver Colombia por ser el mayor productor de coca del mundo, como tampoco lo podrá resolver solo los Estados Unidos, el mayor consumidor del planeta.

El cambio climático es un problema global, que necesita soluciones globales y urgentes, pues, cada día estamos más cerca de que el problema sea irreversible, amenazando la vida humana.

Panamá será uno de los países más afectados –de hecho, ya lo es- y no podrá resolverlo solo. Ejemplo, en Guna Yala, varios grupos indígenas han empezado a desplazarse, algunas de sus islas están desapareciendo, en zonas de Colón hileras de casas y hasta calles han desaparecido, sin embargo, la preocupación es por la inmigración. ¿En serio?

Por cierto, la inmigración también es un problema global, con 68 millones de desplazados en el mundo, se requieren soluciones globales; por ello, la ONU elaboró el Pacto Mundial sobre Migración, del cual Panamá es signatario. Pero, nos centramos en discutir sobre inmigración. ¿En serio?

Además, el debate que se da en la Asamblea Nacional de Panamá lo encabeza una diputa que, siendo descendientes de inmigrantes chinos y recurriendo a un discurso muy parecido al usado en los Estados Unidos, por Trump, y que, le ayudó a ganar las elecciones del 2016, entre otras cosas porque explotó y sobre dimensionó la angustia de los trabajadores, culpando a los inmigrantes indocumentados de quitarles empleos y hacer caer los salarios a los trabajadores estadounidenses.

Pero, pequeño detalle, la realidad es que, lo que realmente provocó la pérdida de empleos y la baja en los salarios ha sido la automatización del trabajo, según lo han reflejado distintos estudios del Banco Mundial.

La historia de la economía demuestra que, la única fuente de prosperidad a largo plazo ha sido la innovación tecnológica, pero en Panamá se discute una reforma migratoria, basada en argumentos altamente cuestionables.

Según el Banco Mundial el porcentaje de trabajos amenazados por la automatización va del 77% para China hasta el 47% para los Estados Unidos. En el caso de Panamá el 64% de los trabajos podrían estar amenazados, pero disertamos sobre la inmigración, sin centrarnos en prepararnos para la verdadera evolución del quehacer humano en el futuro del país.

Por cierto, siendo Panamá un hub logístico, debería estar a la vanguardia de la automatización, pero, mejor discutimos de inmigración, porque sólo pensamos en cómo o qué nos puede dar réditos políticos para el 2024.

En el nuevo mercado laboral en apenas 10 años, los conocimientos no serán tan importantes, además que estarán a tan solo un click de distancia, pero, lo que si será importante son las habilidades blandas como la creatividad, la capacidad para detectar tanto oportunidades como amenazas, la facilidad y habilidad para resolver problemas y la capacidad de trabajar en equipo. Surge la pregunta, en Panamá y la región en términos generales ¿Estamos debatiendo el nuevo modelo de educación, para afrontar el futuro, o mejor hablamos de inmigración y de votos para el 2024?

Finlandia a partir de 2020 reemplazará asignaturas convencionales y pondrá énfasis en materias como: comunicación, creatividad, el pensamiento crítico, y la colaboración para encontrar soluciones y desarrollar así las profesiones del futuro, como la biotecnología, la industria de la ciberseguridad, la computación cuántica, la realidad virtual, la realidad aumentada, inteligencia artificial, la exploración espacial, la medicina preventiva. ¿Y Panamá? Bueno, discute sobre inmigración, mientras en las escuelas les seguimos enseñando a los muchachos lo mismo de hace 50 años.

Lo que se hereda no se hurta y Panamá es producto de una diversidad enorme y eso, no hay discurso ni reforma migratoria que lo pueda negar. Siéntanse orgullosos, eso los ha hecho grandes.

Todos tenemos sangre roja en nuestras venas, aunque nuestra piel sea de colores distintos y de nacionalidades diferentes. Sin importar de dónde venimos, donde hemos estado, nuestra nacionalidad es humanidad.

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