Contra soberbia…

Contra soberbia…

Por @OrlandoGoncal

Contra soberbia, humildad, suspira el fraile. Contra soberbia !rebelión!, gritamos los hombres

(Ricardo Flores Magon (1874-1922) Periodista y Político)

El artículo de esta semana originalmente estaría dedicado a la situación que está padeciendo Venezuela; sin embrago, la velocidad de los acontecimientos en las relaciones de México y EEUU, me hacen darle prioridad y escribir sobre este tema.

El presidente Donald Trump desde su campaña usó a México y a los mexicanos para denigrar de los inmigrantes. Fue grosero, soez y despectivo, así como también lo hizo con las mujeres, los periodistas y hasta con personas discapacitadas.

Uno de sus iconos en su campaña fue la construcción de un muro en la frontera con México y, a pocos días de asumir su mandato ya ha firmado la orden ejecutiva de construirlo. La medida prevé construir un muro de más de 3.200 kilómetros y, que en campaña decía costaría $8.000 millones, ahora habla de un costo de $12.000 millones (50% más) y que México lo pagara.

Sólo ésta medida, además de ser inconveniente y, que la topografía en la frontera hace casi imposible la construcción. Lo de los costos es ofensivo al ciudadano que vive del salario mínimo y, peor aún,  pensar que las remodelaciones que yo haga en  mi casa, las tiene que pagar mi vecino, eso, sencillamente no pasará.

Ahora, toda esta retórica de Trump puede tener una de dos posibilidades. O es un desconocimiento de la política y manejo de las relaciones internacionales o, es una estrategia bien pensada, donde se buscas distraer la atención, haciendo malabares con la mano izquierda, mientras la derecha hace lo que realmente quiere y le conviene, además de ganar tiempo para encontrar resultados que pueda mostrar. Mi opinión personal, hay un poco de los dos objetivos.

Comenzando por el principio, en otrora el territorio de México era mucho más grande de lo que es hoy, se extendía hasta los estados California, Arizona, Colorado, Nuevo México, Wyoming, Texas y parte de Oklahoma y Kansas. Pero, con la ocupación militar de los EEUU entre 1846 y 1848 y como consecuencia de la guerra mexicano-estadounidense terminaron despojados de buena parte del territorio, en una cesión que se formalizó por medio del Tratado de Guadalupe Hidalgo, firmado en la población del mismo nombre, el 2 de febrero de 1848. La cesión de esas tierras fue una condición para el final de la guerra. Siendo ésta una primera agresión de EEUU a México, y lo que hoy intenta hacer el señor Trump, es tan agresivo como la guerra del pasado; como resultado se evidencia que los hechos están generando un ferviente nacionalismo que podría ser detonante de situación inimaginable.

He tenido la suerte de trabajar en muchos países de Latino América y si en alguno el fervor patriótico y el amor y culto a la bandera está a flor de piel, ese es México.

Tal vez el presidente Trump desconoce la riqueza y diversidad cultural histórica, gastronómica del país. Por ejemplo, son reconocidas 68 lenguas originales y 264 variantes lingüísticas (algunas en peligro de extinción), para el 2012 se calculaba que  la población indígena era de aproximadamente 15 millones de personas, repartidas en 56 grupos étnicos. La capital, Ciudad de México, es la ciudad con el mayor número de museos  en el mundo, con más de 140 y en el país más de 1.120. Hoy con más de 120 millones de habitantes México se perfila como la décima economía más importante del mundo, y la segunda en Latinoamérica.

También desconocerá el señor Trump las razones del porqué muchas de las grandes empresas del mundo se han instalado allí. Desde recibir incentivos,  beneficios fiscales y, especialmente, porque el ciudadano mexicano es un trabajador (chambeador como dicen ellos) insigne y calificado. Es por ello que, de las 2.000 compañías con mayores ingresos y valor de mercado en el mundo hay 13 que son 100% mexicanas. Esto demuestra que el país tiene una clase empresarial estable, preparada y pujante. Si además agregamos las compañías de capital mixto, (mexicano y de otras partes del planeta), México cuenta con una capacidad de producir con calidad y eficiencia, lo que nos podamos imaginar.

Dos ejemplos rápidos. Nissan tiene en el estado de Aguascalientes una planta que produce un vehículo por minuto, las 24 horas del día, los 365 días del año. Por otra parte, Honda instalo en Celaya, Guanajuato, la planta más grande y moderna del mundo, fuera de Japón. Los gigantes General Motors y Ford, así como BMW, Mazda, Toyota entre otras, también tienen ensambladoras en México y todas operadas en su mayoría por personal mexicano.

En el estado de Querétaro, hay además un clúster Aeroespacial enorme, que no solo produce para la industria del ramo, sino que tiene también desarrollo e investigación y, provee partes y piezas entre otros a la Boeing, quien es uno de los mayores fabricantes de aeronaves del mundo y el segundo contratista de defensa del mundo. La Boeing, tiene proveedores en 73 países del mundo, así que si el señor Trump quiere que todo se fabrique en EEUU, probablemente esta empresa tendría que cerrar operaciones allí, y México le abriría las puertas sin dudarlo. Seguramente, el señor Trump también desconoce eso.

Pero si nos movemos a otros rubros como la agricultura, México en el mayor productor mundial de tomate, aguacate, limón, entre otros. Es el segundo productor mundial de chiles, además uno de los mayores productores maíz, frijol, calabazas, cacao, carne bovina, pollo, pescado, y la lista sigue. Seguramente el señor Trump, también desconoce eso.

Tiene adicionalmente México, costa pacífica y atlántica, lo cual hace que pueda fácilmente salir a buscar nuevos mercados para sus productos.

A Porfirio Díaz (1830-1915), quien fuera presidente de México en siete ocasiones, se le atribuye la frase: “Pobre de México, tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos”. Esa frase pareciera premonitoria, por lo cual, es hora de que los mexicanos comiencen a mirar a otra latitudes, a sus hermanos del sur, con los cuales comparte idioma, cultura y costumbres; al oriente, los gigantes como China y Japón por ejemplo y, a Europa.

Pero también es hora de que los mexicanos pueden demostrar que pueden superar ésta traba que les está tratando de colocar el señor Trump. Los mexicanos pueden con eso y con más, lo han demostrado en el pasado y lo demostraran ahora.

Tendrán que volver a consumir y sentir orgullo por todo lo que producen y tienen. Tendrán que volver a valorar sus comidas, sus productos, costumbres, e historia.

Ya en las redes sociales se comienza ver ese sentimiento de patriotismo y muchas empresas ya han reaccionado en ese sentido. La campaña que colocó recientemente la cervecera Corona, es un buen ejemplo.

México ya es grande señor Trump, y sus ofensas y agresiones se le van a devolver, pues a la larga, será el pueblo norteamericano, quienes no tendrán vehículos baratos y buenos, ni aguacates para su guacamole, ni limón para sus limonadas, ni tortillas, para los tacos que tanto les gustan, entre otras cosas. Son los norteamericanos los que se perderán de esto y de mucho más, pero los disfrutaran los mexicanos y los norteamericanos que viven en México, que ya alcanzan a más de un millón y, contando.

Seguramente, el señor Trump, tampoco sabe esto ultimo.



		

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