La Importancia de la Comunicación de Gobierno

En el Gobierno (Sector Público) la realidad es distinta a la Campaña.

El Gobernante o el funcionario de alto rango, tiene que enfrentarse a una seria de limitantes como normas, leyes, reglas, y reglamentos que si bien le rigen, también en ocasiones le dificultan desarrollar sus acciones.

Otro de los grandes dramas está en que, es tal la carga de trabajo del Gobernante o del funcionario de alto rango, que el día a día lo va consumiendo y pierde en ocasiones la visión estratégica que había concebido y, deja de comunicar.

Cabe recordar que en Campaña se busca ganar el corazón de los electores, pero, como Gobernante o el funcionario de alto rango, el nuevo reto es ganarse el corazón de los ciudadanos, para con esa aprobación lograr un mayor nivel de Gobernabilidad, y aumentar su capital político.

Si bien hay una línea estrecha entre los conceptos anteriores, es una línea profunda que el gobernante debe entender. Si bien ya no está en Campaña Electoral, ahora pasa a estar en Campaña Permanente, pero desde otra óptica.

El gobernante debe enfrentarse a reto de cumplir sus ofertas electorales, con todas las limitaciones (legales, presupuestarias, de gobernabilidad) que le impone el ejercicio de su función.

Al ser electo, el gobernante recibió no solo un mandato, sino la confianza del elector para conducir los destinos del gobierno, pero sobre todo depositaron en él, la esperanza de una vida mejor.

Ante tal responsabilidad, no se debe perder un solo minuto, sin embargo es muy usual que de los equipos de gobierno cometan algunos errores, que tendrán un alto costo a lo largo de la gestión.

Para evitarlos, debemos considerar que al día siguiente de la elección, los ciudadanos ya esperan acciones de los nuevos gobernantes. Por ello es de vital importancia prever desde la campaña, cuál será el equipo de transición, y sobre todo quien será el vocero de ese equipo, pues hay que marcar la pauta desde el día siguiente de la elección.

Usualmente, los equipos de campaña, celebran, descansan y desperdician los primeros días o semanas después de la elección, en vez de comenzar a actuar de inmediato; imponiendo la agenda mediática, lo cual le transmite a la población la “percepción” de que las nuevas autoridades ya están trabajando.

Otro error muy común es que, una vez que se toma posesión tardan días, semanas y en ocasiones hasta meses, para arrancar con sus planes de gobierno.

El error nace en muchas ocasiones en que la concepción del plan de gobierno está basada en la solución de los “grandes” problemas. Claro está, nos referimos a cuando hay un plan serio, estructurado, fundamentado en estudios, cifras y datos, y no solamente un papel para cumplir formalidades.

El plan de gobierno debe contemplar acciones y soluciones para los problemas coyunturales y los estructurales. Los primeros son acciones de rápida ejecución, probablemente de bajo presupuesto pero que, son necesidades sentidas por la población y su rápida atención será vista y reconocida por los ciudadanos.

Los problemas estructurales son los más importantes y los que en el mediano y largo plazo tendrán un impacto mayor en la calidad de vida de los ciudadanos. Atacar y resolver estos problemas son los que transforman comunidades, ciudades, estados, países; pero como toma tiempo resolverlos, y adicionalmente son pasivos que los estados tienen con los ciudadanos, por lo que estos no logran visualizar los beneficios futuros, y su impacto inmediato es muy bajo o nulo y no valorado por la población.

Las grandes obras no dan votos, dice un viejo adagio de la jerga política, por lo cual el gobernante y su equipo deben en su gestión hacer un equilibrio entre la atención y solución de los problemas coyunturales (necesidades sentidas) y los estructurales (necesidades reales).

Hay estudios que señalan que los ciudadanos recibimos más de 4.000 impactos publicitarios diariamente. Esto es mucha información para procesar, lo que nos lleva a pensar en racionalizar la comunicación de los servicios que un ente gubernamental puede prestar al ciudadano, para evitar confusión y, hasta sobre saturar al ciudadano si se tratara de comunicar todos los servicios.

Por ello una de las primeras labores a realizar es la priorización de los servicios, en función del impacto que cada uno de ellos tenga sobre el ciudadano y la cantidad de población beneficiada por los mismos.

Esto le permitirá al equipo de gobierno priorizar y enfocarse en los servicios y acciones que más visibilidad e impacto tengan sobre los ciudadanos.

Con esto en mente, desde la campaña se debe prever las acciones concretas, de bajo costo, pero de amplia visualización, de los primeros meses de gestión, y lógicamente como se van a comunicar, a través de que canales.

No se puede comunicar todos los servicios o acciones por todos los medios y canales. Esto debe responder a una estrategia estudiada, pensada, que permita segmentar esa comunicación con el lenguaje y el relato correcto a los públicos targets específicos, para así hacerlos mucho más efectivos.

Esto implica que, el equipo de gobierno desde la etapa de transición vaya preparando los escenarios para que desde el día uno de la nueva gestión, la población vea las acciones del nuevo gobierno. El objetivo es muy claro, atención a los problemas coyunturales, a las necesidades sentidas por la población, y comunicarlas de manera creativa, emotiva, para que se instale en la mente de los ciudadanos la percepción de que con el nuevo gobierno, las acciones concretas que se están realizando y lleguen a un razonamiento simple: “El nuevo gobierno, si está trabajando”.

Por lo tanto, desde la campaña y desde el transcurso de la transición se deben preparar no solo las acciones a realizar sino la estrategia de qué y cómo se va a comunicar.

Todo esto está orientado para que el gobernante por otra parte, pueda dedicarle tiempo, recursos y esfuerzos a solucionar problemas estructurales, que repetimos, son los que realmente transforman vidas.

Adicionalmente, desde antes de asumir el gobierno debe haber absoluta claridad en el mensaje central que se querrá transmitir, para imponer el sello de la gestión a lo largo del periodo de mandato.

Esto implica tener definido con antelación la estrategia comunicacional del gobierno, alinear a todos los altos directivos del equipo de gobierno y sobre todo aplicarla decididamente, sin vacilaciones, sin cambios de último minuto.

La imagen del nuevo gobierno a lo largo de toda su gestión, sus niveles de aprobación y respaldo popular, dependerá mucho no solo de lo que haga en los primeros días de gestión, sino de que comunique y cómo lo comunique.

Por ello, no importa que los funcionarios gubernamentales trabajen 22 horas al día los 7 días de las semana, que además todo lo que hagan, lo hagan bien, si no logran comunicar correcta y oportunamente lo que están haciendo, la percepción de la población será de que el gobierno no actúa, no trabaja, no sabe que tiene que hacer. Aquí hay que recordar que, no comunicar se transforma en una comunicación que será interpretada al libre albedrío de los ciudadanos. Se comunica con lo que se hace, pero también se comunica con lo que no se hace.

De allí que el marketing de gobierno se torne una herramienta fundamental en la acción de gobierno. No se trata solo de publicidad, va mucho más allá, se trata de que por medio de las acciones de gobierno y la comunicación que se haga de ellas, el ciudadano se sienta atendido, incluido y se empodere de esas acciones, se sienta participe y de hecho participe y defienda esas acciones.

Gobernar es gobernar, es ejercer el poder, desarrollar estrategias y planes de acción que tengan impactos positivos en la población, que transformen vidas, comunidades, ciudades, estados, departamentos, países, pero una pieza importante para lograrlo está en el marketing de gobierno. Esa es la clave que ayuda a cerrar el círculo de las acciones de gobierno, a acercar el gobernante a la población, a establecer ese diálogo permanente que los ciudadanos tanto anhelan y que en los tiempos modernos de la híper comunicación es inevitable.

La pregunta que todo gobernante debe hacerse entonces es: ¿Cómo quiero ser recordado? O, hacerse el planteamiento de: “Cuando en el futuro, la gente hable de mi gobierno, dirán que transformamos vidas, que logramos impulsarnos al futuro y que lo que somos hoy, se comenzó a hacer en mi gobierno”.

Gobernar entonces es, superar las expectativas de los ciudadanos, es hacer mucho más de lo que se planteó en el programa de gobierno, es trascender y para ello, comunicar estratégicamente desde el día uno, es imperativo

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